El juez Martín Del Viso confirmó el procesamiento de Marcelo "Teto" Medina por abuso sexual. El presentador está acusado de haber violado reiteradas veces a su expareja a lo largo de 2019.
Se le adjudican tres ataques de abuso sexual con acceso carnal y un hecho de amenazas agravadas por el uso de armas. Infobae publicó la descripción de las presuntas violaciones incluidas en el procesamiento. Los detalles de la investigación son estremecedores.
El documento establece que el primer supuesto abuso habría ocurrido el 8 de enero de 2019 mientras Medina y su ex estaban en un hotel alojamiento ubicado en el barrio porteño de Palermo. “El imputado le comentó que el padre era un hombre muy mujeriego, y que si la hubiese conocido la hubiera querido coger”, sostiene la transcripción.
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Siempre según la versión de los documentos oficiales, el segundo hecho tuvo lugar en otro hotel alojamiento. En ese caso, aparentemente el imputado había consumido absenta y se encontraba alcoholizado.
“La víctima refirió que una vez que terminó Medina, la víctima se puso a llorar y le dijo que no le gustaba”, indica el texto. La respuesta que recibió, según su relato, fue: “¿Para qué llorás, si a las putas les gusta?”.
La última violación habría ocurrido entre el 18 y 19 de septiembre del mismo año. Su ex lo pasó a buscar a por unos estudios de televisión y la llevó a la casa de la mujer en José Mármol para pasar la noche.
“Mientras dormían, en horas de la noche, Medina despertó a MF, le tapó la boca con una de sus manos, y en posición de cucharita le decía que había entrado al cuarto y era su papá, que ella era la hija chiquita, que era la nenita, que no tenía que contar nada a su mamá”, sostiene el documento judicial. Luego, según la acusación, habría abusado de ella.
Evaluaciones psicológicas claves
En el proceso de indagatoria Medina negó haber cometido los abusos. Al mismo tiempo, aseguró que la mujer no era su pareja sino que se conocieron “por una red social” y que mantenían una relación ocasional y pasaban meses sin verse.
Pero hay versiones que desmienten esta postura. El juez Del Viso incluyó el testimonio de una segunda mujer que aseguró haber estado con el conductor en medio de la relación y que también habría sido víctima de episodios similares.
A este testimonio se suman una serie de pericias psicológicas que respaldan la versión de la presunta víctima:
- El informe de evaluación de riesgo elaborado por la Oficina de Asistencia a la Víctima y al Testigo: En esta pericia consta que las supuestas agresiones del imputado comenzaron en 2016. Dan cuenta del maltrato psicológico que ejerció Medina mediante “celopatía, restricciones sobre su persona, control de sus actividades, denigraciones”.
- La entrevista a la presunta víctima por la Dirección de Acompañamiento, Orientación y Protección a Víctimas: En este reporte del Ministerio Público Fiscal, el Cuerpo Médico Forense validó el testimonio de la expareja de Medina. El estudio determinó que “no se detectaron desajustes psicóticos en MF, en cuya persona prevalecería una tendencia al manejo concreto de la realidad y por momentos con marcada emergencia de ansiedad y angustia”.
- Las declaraciones del psicólogo personal de la presunta víctima: El especialista que atiende a la expareja de Medina afirmó: “Su versión se mantuvo coherente y consistente y relevó elementos que permitían inferir secuelas de vivencias traumáticas cometidas por Medina”. El profesional también sostuvo que nunca advirtió indicios de un “cuadro psicótico” en su paciente.
Primeras medidas
De momento, el juez Del Viso ordenó un embargo de más de $20 millones a Medina. Además, le prohibió cualquier tipo de contacto físico o virtual y le estableció una restricción perimetral de 500 metros.
Sin embargo, la querella no está conforme con estas medidas y apelará. Pedirán la prisión preventiva para garantizar la seguridad de la denunciante.
La otra causa que complica a Medina y su vinculación con Córdoba
Cabe recordar que el mediático también fue detenido en septiembre del año pasado aunque recuperó la libertad semanas más tarde.
Ese arresto estuvo vinculado a la investigación de La razón de vivir, una organización sospechada de promover el trabajo forzado, reducción a la servidumbre, abandono de persona y usurpación de títulos. La ONG tiene una sede ubicada en el valle de Punilla, en Córdoba.