Juan Pablo Gaetán es un ejemplo de superación. Tiene 16 años y piel de cristal, enfermedad con la que nació y que le impide realizar las actividades normales que hacen los adolescentes de su edad. “Es algo común desde el día en que nací”, confesó en Arriba Córdoba.
De manera sencilla, el joven que vive en Arroyito con su mamá, explicó: “Tengo la piel sensible ya que nací con una capa de piel menos que las personas normales que sería la gruesa. Entonces soy bastante sensible y eso hace que el sol o cualquier roce me lastime”.
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Juampi, como lo llaman sus seres queridos, aseguró que tuvo que acostumbrarse a “vivir el día a día”. “Me cuido del sol, de los roces”, dijo y agregó que cuando corre debe cuidarse de no caerse. “No me junto con amigos y esas cosas, mayormente me la paso encerrado”, lamentó.
Habilidades
Su enfermedad provocó que sus manos estén recubiertas por una especie de guantes. Es que, por el roce, sus dedos se llenaban de ampollas hasta que en un momento se cerraron “por completo”. “No podía abrirlos más y se creó una capa de piel arriba”, comentó.
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Pese a eso, Juampi escribe y dibuja. “Puedo pintar, escribir. En la secundaria siempre trato de escribir yo y también hago dibujos”, contó y siguió: “Al principio me salían muy grandes las letras pero con el tiempo la pude achicar, es la costumbre”.
Dibujar es su hobbie porque lo distrae y concentra. Según dijo, el tiempo que le lleva hacerlos “depende del dibujo”.
El día a día
Su mamá Verónica tiene una gran fortaleza para acompañarlo en la enfermedad. “Costó porque a veces lloraba y preguntaba por qué nació así, por qué le tocó esto o por qué tiene ese problema”, reveló y admitió que tuvo que hacerse “fuerte para ayudarlo y salir adelante”.
“El problema que tiene Juampi no es solo por la piel de afuera, sino también la de adentro”, precisó la mujer y comentó que este año tuvo “su primera dilatación”. “Se le hizo en el esófago y es porque al alimentarse se lastima por dentro”, explicó y continuó: “Se hace una sensibilidad y eso tiene que ir cicatrizando”.
Por la patología, el adolescente tiene que tener “mucho cuidado” con su alimentación e incluso al tragar saliva o agua. “Es todo un tema, toda una vida y un proceso que va llevando día a día”, confesó.
De acuerdo a lo que contó Verónica, las heridas le llevan tiempo curarse. En algunos casos hasta dos meses o más. “Es difícil poder sobrellevarlo porque son heridas muy profundas que te quiebran de solo verlo bañarse”, expresó.
Juampi usa gasas y una crema especial que se consigue en el extranjero. Su mamá contó que son costosas y a veces están en falta. En estos momentos no consiguen los paños por lo que pidió ayuda para obtenerlos. La cuenta de Instagram para colaborar es @veritogaetan.