El fin de semana dos hermanas fueron invitadas a los 50 años del tío de su amiga. Las chicas Lozano, son de Perú, pero hace más de diez años que están en Argentina, viven en Balvanera con sus padres y llegaron al cumpleaños en la villa Zavaleta, en Barracas.
"Estábamos pasándola bien, escuchando cumbia, comiendo algo y la puerta de la casa de los tíos de mi amiga estaba abierta para que corra aire. De repente vemos un hombre a los gritos, junto a la reja, exigiendo de mala manera que bajemos la música. A los gritos seguía y se va con una amenaza: 'Si no la bajan amanecen todos muertos'. Yo pregunté quién era y me dijeron que era un vecino, cuenta Sara de 21 años.
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Pasaron 50 minutos y la joven miró para afuera cuando vio al hombre apuntando con un arma, “creo que mi reacción fue volar contra una pared, intentar cubrirme. Recuerdo que mi hermanita estaba bailando cerquita mío... En ese instante siento que una bala roza mi cabeza, me doy vuelta y la veo a Sandrita boca arriba, con sangre en el pecho".
"Era tal el caos y desmadre, los gritos y la desesperación, que nadie atinó a hacer nada. Por suerte la Policía vino rápido pero la ambulancia demoraba. Entonces decidí llevarme a Sandrita al hospital ".
Los médicos le aseguraron que gracias a su accionar su hermana Sandra no murió en el acto, pero la está peleando en terapia intensiva y con un parte médico poco alentador, además de que no podrá volver a caminar.
El estado es crítico, la bala le entró por la espalda, quebró tres costillas, perforó el pulmón derecho y lastimó la médula ósea.
Sara asegura que su hermana "es fuerte, pero que ama jugar al fútbol y le va a resultar muy duro enterarse que no volverá a caminar”.
Del vecino, autor de los disparos, sólo se sabe que está prófugo, pero identificado.