Claudio y Silvia dormían tranquilamente en su casa de Alto Alberdi, después de pasar un hermoso día de la madre junto a sus hijos. De repente, se despertaron al sentir una especie de "burbujeo" que parecía venir desde la cocina.
Eran las 2 de la madrugada, Claudio se levantó y se encontró con el asqueroso panorama. Tenían líquido cloacal por toda la vivienda.
Cuando el dueño de casa se asomó por la ventana, vió el camión de la Municipalidad de Córdoba. Los empleados tenían la manguera "desobstructora" en la alcantarilla de la esquina de Fructuoso Rivera y Haedo. Claramente, uno de ellos se había equivocado y, en lugar de aspirar las aguas servidas, hizo lo contrario y las metió dentro de la vivienda.
Claudio salió a la calle y les reclamó. Hasta los invitó a entrar a la casa. "No puedo hacer nada", fue la única respuesta que recibió del empleado muncipal que no quiso darle su nombre.
Mientras su mujer se levantaba para limpiar el asco que habían provocado, los muchachos de la Muni recogieron las mangueras y se fueron. Claudio logró sacarle foto al camión y a la patente.
Allí nomás, llamó al 108 de la Municipalidad para hacer la denuncia. Lo derivaron con el teléfono de "urgencia" de cloacas, al que llamó varias veces, durante la madrugada, sin lograr que lo atendieran. Recién, esta mañana, le tomaron el llamado, pero pasaron varias horas y nadie fue aún a intentar solucionar algo en su casa.