Su historia conmovió a todos, porque se repuso a muchas adversidades y nunca dejó la escuela. Su familia perdió su casa por problemas económicos y durante años vivió junto a su madre en la calle o en la Plaza Éxodo Jujeño de su localidad. Un día un vecino se apiadó de ellos y les prestó un viejo Peugeot 505 desarmado para que se cubrieran los días de lluvia. Mirá cómo Lucas contó esta parte de su historia.
La rutina del alumno ejemplo antes de ir a la escuela era siempre la misma. Se higienizaba en los baños de las estaciones de servicio y recorría los bares pidiendo algo para desayunar. Lucas recuerda de esa etapa: “Con mi familia no pedíamos plata, lo único que queríamos era lo que les sobrara para poder comer. Si nos querían dar dinero les decíamos que no, que preferíamos una empanada”.
El pibe hacía las tareas de la escuela en la plaza. Debajo de un árbol o donde lo encontraba la tarde, pero siempre cumplió con sus obligaciones. Nunca consultó a Google para hacer sus tareas, porque no usa celular ni PC.
Durante muchos años su cama fue el asiento trasero del viejo Peugeot “me despertaba a las cuatro de la mañana, porque me dolían las rodillas. El asiento no era muy cómodo”, contó Lucas en una entrevista a Clarín.
En la escuela todos conocían situación y muchos compañeros lo solían invitar a comer en la casa o le llevaban ropa de regalo.
Recién a principio del 2015 su mamá consiguió que le den una casilla en Florencio Varela muy lejos de su escuela, pero quiso terminar donde estaban todos sus afectos. Para llegar a tiempo se las arregló para levantarse todos los días a las cuatro de la mañana y viajar dos horas en tren y nunca faltó.
Hoy Lucas vivió un dia especial recibió su diploma y su historia la conoció todo el país. El cuenta que seguirá la secundaria y que sueña con ser veterinario, porque le encantan los animales.