El camino está destruido por el deterioro y la falta de mantenimiento. Según contaron los voluntarios, hay más de 300 baches en 30 kilómetros.
La gente se cansó de reclamar al Estado Provincial el arreglo de esta ruta y ante la falta de respuestas decidieron hacerlo ellos mismos. Llevaron sus herramientas y a costa de poner en riesgo sus propias vidas trabajaron en un camino muy transitado.

Si bien el Gobierno repavimentó la ruta en varias oportunidades, los arreglos duran muy poco y cuando comienza a llover vuelve a destruirse.
La movida vecinal no es la mejor solución que espera la gente. Para tapar utilizan tierra y no tienen la máquinas necesarias para hacer estos trabajos.
El intendente de Villa Yacanto, Oscar Musumeci, aclaró que “no es un hecho político, es una necesidad, estamos trabajando junto con los vecinos”.

Pese al intenso frío en la zona del Valle de Calamuchita, mujeres, hombres y jóvenes salieron a tapar los baches.
El trabajo de la gente es voluntario, pero no deja de ser un fuerte llamado de atención a los funcionarios encargados de escuchar este reclamo.
