La situación del dique Los Molinos, un lago que solía ser un paraíso de agua cristalina, enciende las alarmas. En varias recorridas encontramos sectores donde el agua está muy verde y despide un fuerte olor a podrido.
Vecinos y balseros coinciden en que la culpa es de la falta de cloacas en las poblaciones de los alrededores. La advertencia "vamos a terminar igual que el San Roque" se repite entre los lugareños con resignación.
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El biólogo Federico Kopta, del Foro Ambiental Córdoba, afirma que por el nivel de contaminación, el agua podría ser mortal hasta para un cerdo si la tomara directamente del lago. "Básicamente se está repitiendo la problemática del San Roque: un crecimiento demográfico y el problema de los efluentes cloacales, que van a pozo negro", confirmó.
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El copamiento de Los Molinos
La secuencia de fotos satelitales captadas desde el espacio a partir de 1984 dice más que un recorrido por los desordenados caminos de los alrededores del lago. Miles se lanzaron por ahí a concretar el sueño de "vivir en las sierras".
No sabemos exactamente cuántos son. Los censos quedan rápidamente quedan desactualizados. Por ejemplo, el de 2010 relevó en Potrero de Garay poco más de mil habitantes y, según fuentes de esa comuna, hoy son cuatro veces más. Eso sólo en temporada baja: en vacaciones y fines de semana largos tendrían más de 12 mil personas.
Hay caserones y casitas humildes. Cabañas, dúplex y algún que otro edificio. Terrenos con papeles en regla y muchos okupas. Y un elemento en común: cero cloacas. Los desechos terminan todos en el lago. Así es como va pudriéndose Los Molinos. Hasta ahora por sectores. Así se explica que esté cada vez más "verde y peligroso".
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