El depravado entró a la casa de su ex pareja, en la noche del lunes. Regresó tras una disputa familiar que lo alejó durante un año. Sin importarle que en una del as habitaciones estaba su pequeño hijo, comenzó a agredir a la mujer, la golpeó, le hizo varios cortes en el cuero cabelludo con un arma blanca y la obligó a tener relaciones sexuales.
Ultrajada y shockeada por la agresión, la víctima aprovechó que el hombre se tiró a dormir en la cama. Se escapó y pudo pedir ayuda a unos vecinos. Los llevó a la pieza y se los entregó.
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Entre un grupo de hombres, lo despertaron a los golpes. El linchamiento terminó cuando uno de los que participaba de la paliza decidió controlar la situación y llamó a la policía, mientras los otros sujetaban al violador.
La pareja tenía problemas y en el barrio todos sabían que algo iba a pasar en cualquier momento. "Ya lo había denunciado tres veces. Esperemos que no lo dejen suelto", le contó a Clarín Alejandra la hermana de la víctima.
La víctima tenía un botón antipánico. "Estas medidas de restricción no sirven. No tiene que salir porque hoy de milagro estamos contando esta historia. Podría haber pasado lo peor",adivritió.
El detenido se encuentra a disposición de la justicia.