El caso de Rubén Darío Biasoni, más conocido como “El Chacal” de Santa Fe, se volvió cada vez más escalofriante. Biasoni fue detenido en 2015 acusado de violar a las hijas de su pareja cuando éstas tenían 13 y 14 años.
Pese a que más de 40 testigos intervinieron en el hecho para probar los abusos, recién éste viernes el tribunal de justicia de Santa Fe determinará si es culpable o no. Dentro de las pruebas encontradas, un allanamiento en el domicilio de Biasoni destapó lo peor.
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Los investigadores encontraron un diario en el que éste llevaba un registro de las violaciones y a su vez contaba lo que les hacía. “Le eché dos polvos a…”, “le eché un polvo a…”, había escrito junto al nombre de la víctima, fecha en la que ocurrió el abuso y cantidad de veces que lo hizo.
Al llegar este cuaderno a las manos del fiscal Aldo Gerosa, le pidieron una “explicación” a Biasoni y éste respondió con algo insólito. Reconoció que era su letra, pero dijo que allí decía “pollo” y no “polvo”.
“Explíquenme como le echan un pollo a una persona”, apuntó Gerosa al juez. “Es un personaje como hemos visto pocos en esta ciudad y en esta región, al menos desde que comenzó el nuevo sistema procesal, peligroso para las víctimas, para él y para terceros, porque no mide la consecuencia de lo que hace, porque le da placer lastimar a los demás...”, siguió argumentando.