Por muchos años fue violada por el marido. Los golpes reiterados y amenazas le impedían salir de ese infierno. Hasta que un día juntó toda la dignidad que aún le quedaba, aprovechó una oportunidad y huyó del hogar. Liberada de la esclavitud sexual, tomó coraje y realizó la denuncia. Hoy, el monstruo con el que se casó está en la cárcel.
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La historia de esta familia de la localidad de Coquimbito, provincia de Mendoza, es aún mucho más aberrante. El perverso esposo no solo abusó de la mujer, sino también de la hija de ambos y de su cuñada, ante la mirada de los niños del hogar.
La hermana mayor de la mujer, que vino de España, se sumó al lote de las víctimas. Como no tenía dinero cuando retornó al país, el acusado le permitió vivir en la casa bajo la condición que durmiera con él.
Además, según relata la denunciante, dos a tres veces a la semana el acusado la forzaba a mantener relaciones con los amigos de aquel en una pequeña habitación. Por este motivo, la justicia también ordenó detener al vecino que habría participado de esas fiestas del horror, bajo la imputación del delito de ser "partícipe primario de abuso sexual".
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En tanto el marido de la mujer está acusado de ser "autor de abuso sexual agravado por haber mediado acceso carnal en el contexto de violencia de género".