El reloj marca las 20:17 y en el Pasaje Conti al 230, donde en ese preciso instante se encuentra el móvil de El Doce, aun se huele el dolor. El dolor de un hombre de 75 años que tras la actitud lamentable de unos delincuentes creyó haberlo perdido todo, e inclusive y aunque suene duro, hasta las ganas de vivir.
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La historia cobró relevancia en las últimas horas en el momento en el que Alberto Salvatori dialogó con Noticiero Doce, para contar lo sucedido. Delincuentes le prendieron fuego su humilde zapatería. Según él denunció, quienes lo hicieron son los mismos que durante años le robaban el pegamento y lo usaban para drogarse.
A raíz de su historia, un detalle llamó la atención de Manuel Sánchez. El damnificado nombró una particular máquina llamada “Paulina”, que despertó los más profundos recuerdos del periodista deportivo de Noticiero Doce. “Mi papá era zapatero. La tengo al pedo en mi casa. Te la regalo”, soltó entre lágrimas en medio del diálogo en vivo.
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Luego del emocionante episodio, lo que restaba era hacer llegar la máquina a La Falda, donde se encuentra instalado el taller de “Don Parral.” Aquí es donde el factor solidaridad vuelve a cobrar relevancia y un hombre oriundo de la ciudad de Carlos Paz pone a disposición la maquinaria necesaria para trasladarla, desde lo que era la Zapatería de Don Sánchez en Tanti hasta el taller.
“La máquina la había usado mi viejo cuando tenía el taller de compostura de calzado y quedó en casa. Yo nací y la maquina ya estaba en su taller. El dejó de trabajar, luego falleció y la maquina quedó ahí. Hoy cuando vi la historia de Alberto sólo pude pensar en regalarle la máquina”, confesó Manuel.
Salvatori aun sorprendido por el accionar dijo lo siguiente: “No salgo de mi estupor que se vengan desde Tanti a traerme esto y con tanto amor, algo que me ha vuelto a la vida. Yo tenía una idea absurda de que existían más malos que buenos pero con esto me he encontrado con tanta gente noble que de esta mañana hasta ahora, soy otra persona y me siento bien”.
En cuanto al fletero, su relato lo vuelve todo aún más conmovedor: “Yo estaba justo almorzando junto a mi señora cuando escuché por segunda vez todo y nos emocionamos los dos. Agarré el teléfono, busqué El Doce TV y dije bueno algo hay que hacer y por eso fue que me puse a disposición para mi futuro nuevo amigo”, afirmó.
Sobre el final de la noche, Manuel y Alberto se fundieron en un abrazo de padre e hijo. “Con la ayuda de todos ustedes me siento en la obligación de seguir luchando. En este partido de futbol que es la vida, estoy jugando los últimos minutos pero por ahí el eterno juez me concede en tiempo de descuento unos cuantos minutos más. Con este gesto me volvieron las ganas de vivir”, concluyó el zapatero.