Atravesó una dura infancia marcada por las necesidades básicas insatisfechas, como el agua y la luz. Sin embargo, jamás se dio por vencido y actualmente habla siete idiomas y es profesor de una de las instituciones más prestigiosas.
Irma ama su vida en el campo, pero por las restricciones no pudo ver a sus hijos, que le hicieron un regalo muy especial. "Si hay alguna mujer que sienta la necesidad de asomarse a la vida de campo, que lo haga”, destacó al contar su historia.