Sus impulsores esperan que esta medida “ayude a aliviar el peso con el que carga la industria”. Cada país de la Unión Europea podrá elegir si acatar o no la decisión.
Hay aumentos de entre el 40 y 100 por ciento en los tickets a los principales destinos del país. Además, la baja frecuencia de aviones encarece los boletos.