Un bar de Santa Catarina, en Brasil, vive semanas de dramatismo y horror cuando falta poco para el inicio de los tradicionales carnavales. Todo comenzó con una extraña visita que cambió por completo la rutina del lugar.
Hace casi un mes, un hombre entró al establecimiento para comprar agua y dejó un enigmático paquete que ha desatado una serie de sucesos perturbadores.
El dueño del local gastronómico se sorprendió al encontrar una bolsa negra que dejó el cliente, que minutos antes ya se había ido. Cuando la abrió, el temor fue aún mayor: en su interior había una urna funeraria con las cenizas de un muerto.
Adelmison Quaresma primero pensó que era un florero, pero descubrió que estaban las cenizas. “Nadie quería venir a buscar al difunto, todavía está ahí. No sé qué hacer. Tirarlo dice que no sirve, es una persona que murió. Tengo un poco de miedo. No sabía que era de un muerto, si no no lo hubiera tocado”, contó al medio local G1.
Pasaron más de 20 días de aquella extraña visita y nadie fue a reclamar al muerto. Quaresma y su familia sospechan de un hechizo por el Carnaval.
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Tras el hallazgo, evitan cerrar el lugar por las noches y deja todas las luces prendidas. Con un colchó en su bar, el hombre declaró: “Hace casi un mes que no puedo dormir bien, tengo mucho miedo”.
Según agregó, hasta llamó a la Policía para que se llevaran la urna, pero nadie acudió. Ahora, el objeto se encuentra guardado en una caja fuerte en el local, a la espera de que algún familiar o allegado lo vaya a buscar.