Una mujer fue protagonista de un curioso episodio luego de encontrar un cachorro de “erizo” al costado de una ruta en Gales. Después de acogerlo, decidió llevarlo al veterinario al ver que no se movía ni comía.
Al recibir la consulta de su clienta, la doctora Janet Kotze, del centro de fauna salvaje Lower Moss Wood Nature, explicó al diario The Independent: “Era una señora de unos sesenta o setenta años, bien hablada y con buenas intenciones”.
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“No lo tocó en absoluto: lo metió en una caja con comida para gatos y lo dejó en un lugar cálido y oscuro. Lo hizo todo muy bien. Apenas lo estuvo mirando porque no quería estresarlo”, contó.
Sin embargo, luego de examinar exhaustivamente a la “criatura”, la profesional de la salud animal dejó su conclusión final a la mujer: “Lamento decirle que solo sea una bolita de lana”.