El río Yuspe es uno de los más bellos de Córdoba y para confirmarlo basta con una caminata tranquila y sin mayores dificultades. Pero no todos los que lo visitan saben que siguiendo algunos tips se puede llegar a puntos imponentes: un “cenote” que nada tiene que envidiarle a los que convocan a millones de turistas en México y una olla techada por la roca.
No se enojen los puristas: usamos las comillas porque en realidad se trata de una pequeña pero elevada cascada que forma una olla rodeada por vegetación, recordando a las míticas postales aztecas.
Helechos, musgo, árboles y una caída de agua pura de varios metros componen el “Santuario del Yuspe”, un paisaje para cuidar, respetar y contemplar un buen rato.
A partir de ese camino, tomando un desvío, se encuentra la misteriosa Olla Techada, que ofrece agua aún más refrescante metida en medio de la montaña.
El esfuerzo vale la pena porque el lugar es fascinante. Se trata de una cueva circular por donde pasa el río Yuspe, que nace al norte de Pampa de Achala, a poca distancia, por lo que se trata de un río “recién nacido”.
A la hora de planificar el recorrido, hay dos opciones: una “tranqui” y otra solo apta para intrépidos. Eso sí: siempre, pero siempre, ir con un guía habilitado.
El trekking para ambos destinos arranca en el parador del río Yuspe, ubicado sobre la ruta 28, ya dentro de Los Gigantes.
Yendo por ese sendero, en un punto hay que desviarse para ir a la Olla Techada. El acceso incluye un paso de varios metros de altura que se baja con una cuerda. Repetir hasta memorizar: siempre ir con un guía habilitado.
Desde ahí se puede ir al Santuario y acá hay que decidir: lo más seguro es retomar el sendero de tierra. Desde el mismo río y a través de los cajones que se forman también se puede llegar, pero hay que tener en cuenta los riesgos y no es para cualquiera.
Si no contás con experiencia, lo mejor es retomar el camino tradicional. En total, ida y vuelta, son unos 6 kilómetros, con poco desnivel y dificultad baja, a lo sumo moderada.
En estas épocas de calor intenso, también es uno de los senderos más disfrutables: casi siempre bordea el río y permite refrescarse una y otra vez.
Otro dato: el parador al que se llega en auto tiene estacionamiento y proveduría. Está bien equipado y tiene todo lo necesario si hubo algún olvido en los preparativos.
Créditos
Edición y texto: Nicolás Colautti
Material audiovisual e info: Diego Maza / Estudiante avanzado de Guía de Montaña en Instituto ISAUI.