Una mujer tomó una muy mala decisión en un viaje a Turquía y casi pierde parte de una pierna. Estaba teniendo unas vacaciones soñadas, por lo que decidió hacerse un tatuaje para recordar ese momento para siempre. Horas más tarde se descompuso y fue diagnosticada con una grave infección que avanzó por su cuerpo.
Kirsty Griffiths, de 34 años, tiene cinco hijos y es de Reino Unido. El descanso fue en octubre pasado y eligió el diseño de una rosa en el tobillo. Según dijo tiempo después, en medio del procedimiento comenzó a sentirse mal y por un momento los médicos analizaron amputarle el pie.
“Cuando estaba a punto de terminar, empecé a sentirme mareada y como si me fuera a desmayar. Le dije que no me sentía bien y me levanté”, relató al Daily Mail. Y siguió: “No podía ver nada y vomité. Él dijo que era por mis niveles de azúcar en sangre y en ese momento pensé que podría ser así”.
+ MIRÁ MÁS: El creativo método del chofer de una app para evitar accidentes que se viralizó
Una vez que terminaron el tatuaje, se fue al hotel pero su cuadro no mejoraba. 48 horas más tarde el tobillo estaba “enrojecido y en carne viva, como si tuviera ampollas en el tatuaje. Había líquido detrás, que era la infección”.
Al regresar a Reino Unido fue de urgencia a un hospital, donde le diagnosticaron una celulitis infecciosa que había llegado a su estómago y vesícula. Los profesionales le dijeron que podía sufrir una sepsis mortal y perder el pie por una amputación.
“Todas las noches lloraba y gritaba de dolor. Me inyectaban morfina una y otra vez, y aún sentía dolor a pesar de los analgésicos”, lamentó sobre ese duro momento. El tratamiento fue acertado y la infección desapareció a los días.
Pese a que su salud está estable y no perdió la pierda, el diseño quedó totalmente arruinado y se ve como una mancha negra. Incluso todavía le genera picazón y le sigue doliendo. “Tengo mucho dolor y no puedo apoyar ningún peso sobre el pie”, concluyó acerca de las secuelas.