Durante las primeras semanas, el gatito se adapta a su nuevo hogar, su entorno y a las personas con quienes vivirá. A veces pueden parecer independientes, pero lo cierto es que requieren mucha atención, cariño y cuidado. Acompañarlos en su crecimiento con las herramientas adecuadas puede marcar una gran diferencia en su bienestar físico y emocional.
Uno de los aspectos esenciales en esta etapa es la alimentación. Elegir el alimento para gatos correcto para su edad y necesidades nutricionales es clave para asegurar que crezca sano. Hay opciones específicas para gatitos que favorecen su digestión, fortalecen sus huesos y potencian su sistema inmunológico. Esos productos se encuentran con facilidad y vienen en distintos formatos y sabores para adaptarse a sus preferencias.
El momento de comer también es una oportunidad para observar su comportamiento. Si el gatito rechaza el alimento para gatos, es posible que haya que ajustar la textura o la temperatura, o incluso consultar con un veterinario. Un cambio repentino en su apetito puede ser señal de que algo no está bien, por lo tanto, es importante prestar atención sin alarmarse.
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A medida que crece, es necesario reforzar su desarrollo con vitaminas para gatos que complementen su dieta. Esas pueden contribuir a una piel sana, pelaje brillante y a mantener su energía durante sus juegos y exploraciones diarias. Hay suplementos formulados especialmente para gatitos que están en fase de crecimiento y aprendizaje.
Las vitaminas para gatos también pueden ayudar en momentos de transición, como mudanzas o cambios en la rutina. En esas etapas, su sistema inmune puede debilitarse levemente, y los suplementos son un buen recurso para reforzarlo. Es fundamental consultar qué tipo es el adecuado para su peso, raza y condición de salud.
Después de asegurarse de cubrir sus necesidades nutricionales, es hora de explorar otras áreas esenciales en su rutina. Una visita a una tienda de mascotas es ideal para encontrar artículos como camas, rascadores, bandejas sanitarias y juguetes. Tener un espacio acondicionado especialmente para él ayuda a que se sienta seguro y contento en su entorno.

Un buen arenero, una cama suave y un par de juguetes son suficientes al principio. La idea es crear un ambiente que lo estimule a moverse, descansar y sentirse en casa. En la tienda de mascotas se puede acceder a productos diseñados para la etapa de crecimiento, con materiales resistentes y seguros para su uso diario.
- Crear un entorno seguro y amigable
El primer paso al traer un gatito a casa es preparar un lugar tranquilo donde pueda sentirse protegido. No necesita una habitación entera, pero sí un rincón lejos del ruido y del tránsito constante. Colocar su cama, el arenero y un recipiente de agua fresca cerca puede facilitar la adaptación. También es recomendable mantener algunos objetos fuera de su alcance, como cables o elementos pequeños que pueda morder o tragar accidentalmente.
- Establecer una rutina desde el inicio
Los gatitos se benefician enormemente de una rutina clara. Horarios de comida, juego y descanso bien definidos les dan estabilidad emocional. Eso no significa rigidez, sino constancia. Es ideal alimentarlo a la misma hora cada día, jugar con él por lo menos dos veces al día y respetar sus momentos de sueño. Cuanto más predecible sea su entorno, más relajado y feliz estará.
- Fomentar el juego y la socialización
Jugar no es solo entretenimiento. Es parte fundamental de su desarrollo físico y emocional. Los juguetes que estimulan el instinto de caza, como varitas con plumas o pelotas con sonido, ayudan a que libere energía y desarrolle coordinación. También permiten que fortalezca la relación con su familia humana. Es bueno dedicar unos minutos diarios exclusivamente al juego, alternando entre distintos tipos para mantenerlo estimulado.
Además del juego, el contacto físico es importante. Acariciarlo con suavidad, hablarle en tono amable y respetar sus tiempos cuando quiera estar solo ayuda a que se sienta comprendido. Los gatitos que socializan desde pequeños suelen ser más seguros y cariñosos de adultos. Si se convive con otros animales, es preferible hacer las presentaciones de manera gradual y supervisada.
- Atención veterinaria temprana
Llevar al gatito al veterinario en sus primeras semanas es indispensable. Aunque parezca saludable, hay controles que solo un profesional puede realizar. Las vacunas, desparasitaciones y chequeos generales deben formar parte de su calendario médico. Eso no solo protege al gatito, sino también a los humanos que conviven con él.
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Es aconsejable registrar las visitas y mantener un control del peso y comportamiento. Cualquier signo fuera de lo habitual debe ser comentado con el veterinario. La prevención siempre es preferible al tratamiento. Además, esos controles permiten acostumbrarlo a la manipulación y al transporte, reduciendo su estrés futuro.
- El cuidado del pelaje y las uñas
Aunque los gatitos se acicalan solos, es útil comenzar con rutinas suaves de cepillado desde temprana edad. Eso no solo ayuda a eliminar pelo suelto, sino que también fortalece el vínculo. En razas de pelo largo, el cepillado frecuente evita la formación de nudos. Hay cepillos específicos según el tipo de pelaje, fáciles de conseguir y cómodos de usar.
Respecto a las uñas, lo ideal es ofrecerle un rascador desde los primeros días. Rascar es un comportamiento natural que no debe reprimirse. Si tiene un lugar donde hacerlo, evitará dañar muebles o alfombras. También puede complementarse con el corte de puntas cada cierto tiempo, siempre con herramientas adecuadas y, preferentemente, bajo supervisión si no se tiene experiencia.
- Educación y hábitos desde el inicio
Los gatitos aprenden rápidamente, por lo que es importante guiar su comportamiento desde el principio. Reforzar con caricias o palabras suaves cuando hace algo correcto suele funcionar mejor que regañarlo. Por ejemplo, si usa su bandeja sanitaria, se le puede felicitar con un tono cariñoso. Si comete un error, simplemente se lo redirige sin levantar la voz ni generar miedo.
Los hábitos como el uso del arenero, el respeto a los horarios de comida o el descanso en su cama se establecen con constancia. No necesitan órdenes ni castigos, sino un entorno coherente que les facilite entender lo que se espera. Con paciencia y atención, su comportamiento se vuelve más equilibrado y su relación con la familia más armoniosa.
- Alimentación adaptada a su crecimiento
En cada etapa, las necesidades cambian. Lo que un gatito necesita a los dos meses no es lo mismo que requerirá a los seis. Por eso, es útil revisar periódicamente si la alimentación sigue siendo la adecuada. Algunos productos vienen con indicadores por edad, y pueden encontrarse fácilmente en lugares especializados. Asegurarse de que tenga agua fresca disponible durante todo el día también es fundamental.
Un error común es ofrecerle restos de comida humana. Eso puede causar trastornos digestivos y no aporta los nutrientes necesarios. Existen fórmulas diseñadas específicamente para gatitos, con ingredientes que favorecen su desarrollo sin agregar elementos perjudiciales para su organismo.
Cuidar a un gatito es una experiencia única que puede transformarse en un vínculo muy especial. Con los elementos adecuados, una rutina estable y mucho cariño, su crecimiento será saludable y feliz.