El mate es mucho más que una infusión. Es un ritual, un puente cultural que une generaciones y territorios. En Argentina, Uruguay, Paraguay, el sur de Brasil e incluso algunas zonas de Chile y Bolivia, tomar mate es una costumbre diaria, casi sagrada.
Pero para disfrutar plenamente de esta bebida ancestral, es clave conocer los diferentes tipos de yerba mate y también los distintos estilos de mates (el recipiente) que acompañan la experiencia. La elección de la yerba y el tipo de mate que se usa no solo afecta el sabor, sino también la duración, intensidad y temperatura de la infusión.
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A lo largo de los años, el consumo de yerba mate ha evolucionado, diversificándose en variedades que responden a los gustos y necesidades de cada consumidor. Al mismo tiempo, los mates han adoptado múltiples formas, materiales y diseños, haciendo de cada cebada una experiencia personal.
La planta de yerba mate: origen y proceso
La yerba mate se obtiene de las hojas secas, trituradas y curadas del árbol Ilex paraguariensis, originario de la región subtropical de Sudamérica. Las hojas se cosechan manualmente, luego se someten a un proceso de secado y estacionamiento que puede durar desde unos meses hasta dos años, según la calidad buscada. Posteriormente, se realiza la molienda, donde se define la composición: hojas secas, palo y polvo.
A partir de esta base, se crean diferentes tipos de yerba mate que varían en sabor, amargor, textura y beneficios. La que elijas para llevar en tu matera dependerá tanto de la tradición cultural como del gusto personal.
Tipos de yerba mate
1. Yerba con palo
Es la variedad más común y tradicional en Argentina. Contiene una mezcla equilibrada de hojas secas, palitos y polvo. El palo suaviza el sabor, dando una infusión más ligera y duradera. Es ideal para quienes toman muchos mates al día o prefieren un sabor más suave y menos amargo.
2. Yerba sin palo
También conocida como “yerba despalada”, contiene solamente hojas secas trituradas, sin las ramitas. El sabor es mucho más fuerte e intenso, con un amargor característico. Se usa con frecuencia en Uruguay y algunas regiones de Paraguay y Brasil, donde se valora una experiencia más potente. Últimamente, es una de las más usadas a la hora de tomar mates.
3. Yerba saborizada
Esta variedad incorpora esencias naturales o artificiales, como menta, limón, naranja, jengibre o frutos rojos. También puede contener hierbas medicinales como cedrón, manzanilla, boldo o menta peperina. Es muy popular entre los jóvenes o personas que buscan alternativas al sabor tradicional. Además, puede facilitar la digestión o aportar propiedades relajantes según los ingredientes añadidos.

4. Yerba orgánica
Cultivada sin pesticidas ni agroquímicos, esta yerba es apreciada por consumidores preocupados por el medioambiente y la salud. Generalmente proviene de pequeñas producciones sustentables y puede tener un sabor más suave o “limpio”. Su precio suele ser más elevado debido al proceso de producción.
5. Yerba compuesta
Contiene una mezcla de yerba mate con otras hierbas funcionales. A diferencia de la saborizada, aquí los ingredientes agregados tienen un fin terapéutico o medicinal: digestivos, energizantes, relajantes o desintoxicantes. Es una opción popular para quienes buscan beneficios específicos en cada mate.
6. Yerba para tereré
El tereré es una versión fría del mate que se toma principalmente en Paraguay y el noreste argentino. Para prepararlo, se usa una yerba de molienda gruesa, generalmente sin polvo y muchas veces saborizada. Se ceba con agua fría, jugo o infusiones de hierbas. Refrescante y liviana, es ideal para los días de calor.
7. Yerba barbacuá
Este tipo de yerba se seca mediante un método ancestral guaraní que utiliza fuego indirecto (barbacuá). Este proceso lento puede durar hasta 24 horas y le da a la yerba un sabor ahumado muy característico. Es una de las más valoradas por los amantes del mate tradicional, aunque no es tan fácil de conseguir.
Los mates: recipientes que hacen la diferencia
Al igual que la yerba, los mates han evolucionado con el tiempo. Si bien tradicionalmente se usaban calabazas secas, hoy existen muchas opciones que combinan estética, funcionalidad e innovación.
Mate de calabaza
Es el más tradicional. Se elabora a partir de una calabaza natural, curada y ahuecada. El sabor que aporta es único, pero requiere mantenimiento: hay que curarlo antes del primer uso y limpiarlo adecuadamente después de cada cebada. Es elegido por los puristas del mate.
Mate de madera
Suelen estar hechos de algarrobo, palo santo o roble. Conservan bien el calor y, con el uso, adquieren un sabor particular. Al igual que la calabaza, también necesitan curado, pero son más resistentes.
Mate de cerámica o porcelana
Son fáciles de limpiar, no retienen sabores y no requieren curado. Son una opción ideal para principiantes. Aunque no conservan tanto el calor como otros materiales, permiten disfrutar mates limpios y prolijos.
Mate de vidrio o acero inoxidable
Son modernos, higiénicos y duraderos. Algunos vienen con doble pared para conservar la temperatura. Se usan cada vez más por su practicidad y por no alterar el sabor de la yerba.
Mates térmicos o con tapa
Perfectos para viajar o para el trabajo. Mantienen la temperatura por más tiempo y evitan derrames.

Factores que influyen en la experiencia del mate
Más allá del tipo de yerba y del mate utilizado, hay otros aspectos que pueden modificar la experiencia de cebar:
- Temperatura del agua: Lo ideal es entre 70 y 80 grados. Si está demasiado caliente, puede quemar la yerba y alterar su sabor.
- Cantidad de yerba: Usar la medida justa (generalmente hasta tres cuartas partes del mate) permite un equilibrio entre duración e intensidad.
- Ubicación de la bombilla: Una vez colocada, conviene no moverla para evitar que se tape o se “lave” la yerba.
- Recambio de yerba: Cada tipo de yerba tiene su propia duración. Algunas permiten más cebadas que otras.
El resurgir de una tradición ancestral
En los últimos años, el mate y la yerba han ganado terreno fuera de su zona habitual. Se exporta a países como Siria, Estados Unidos, España y Alemania. Muchos deportistas de elite lo consumen, y figuras públicas lo han convertido en un símbolo de identidad.
Además, con el auge de los productos naturales, veganos y orgánicos, la yerba mate se ha posicionado como una bebida saludable, rica en antioxidantes, vitaminas del grupo B, cafeína natural y propiedades digestivas.
Tomar mate es una actividad social por excelencia. En una ronda de amigos, en familia, en la oficina o incluso a la distancia, el mate genera conversación, vínculo y pertenencia. A diferencia de otras bebidas calientes, el mate se comparte, se pasa de mano en mano y lleva implícito un código cultural.
Incluso en épocas donde se priorizó la higiene individual, como durante la pandemia, surgieron alternativas como las bombillas personales o los kits individuales, sin renunciar al hábito de cebar y compartir.
Hoy existe un verdadero universo en torno a la yerba y los mates. Desde marcas artesanales hasta producciones industriales, desde diseños minimalistas hasta mates intervenidos por artistas, todo convive en un escenario donde tradición e innovación se entrelazan.
Cada elección —el tipo de yerba, el mate, la bombilla o el termo— define una experiencia única. Así como no hay dos personas que ceben igual, tampoco hay una sola forma de disfrutar esta infusión que ya forma parte del ADN cultural de millones.