Un equipo internacional de astrónomos logró detectar un agujero negro inactivo con una masa colosal en el corazón de una galaxia lejana. Su tamaño sorprende incluso a los expertos y abre nuevas vías para estudiar estos objetos extremos en todo el universo.
En una galaxia remota apodada la Herradura Cósmica, un equipo de científicos liderado por investigadores brasileños detectó uno de los agujeros negros más grandes jamás medidos: unas 36.000 millones de veces más masivo que nuestro Sol. La distancia que nos separa de este coloso es de aproximadamente 5000 millones de años luz.
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A diferencia de los agujeros negros activos, que emiten radiación intensa, este permanece “silencioso”, lo que complica su detección. Sin embargo, los astrónomos combinaron dos técnicas avanzadas —lentes gravitacionales y análisis del movimiento de las estrellas— para calcular su masa con una precisión sin precedentes.
Este tipo de hallazgos permite entender mejor cómo evolucionan las galaxias. La Herradura Cósmica, por ejemplo, es una galaxia que habría absorbido otras en el pasado, fusionando sus agujeros negros hasta formar el actual gigante. Detectar estos procesos en acción es clave para afinar los modelos del universo.