La astrología sostiene que no solo el día y el signo zodiacal marcan la forma de ser de una persona, sino también el momento exacto del nacimiento. La hora en la que alguien llega al mundo define el ascendente y las casas astrológicas, dos factores que pueden influir en la personalidad, en las relaciones y en la manera de afrontar la vida.
El ascendente, que se calcula con la hora y el lugar de nacimiento, representa la “máscara social”, es decir, cómo los demás nos perciben y la primera impresión que damos. Por eso, dos personas nacidas el mismo día pueden tener rasgos muy diferentes si nacieron a horas distintas.
Franjas horarias
Según la astrología, cada franja del día tiene un impacto particular y son muy importantes para la definición de la personalidad:
- Madrugada (00:00 a 6:00): se asocia a personas introspectivas, sensibles y con gran vida interior. Suelen tener intuición marcada y una conexión especial con lo espiritual.
- Mañana (6:00 a 12:00): quienes nacen en este horario tienden a ser activos, curiosos y con iniciativa. Están orientados a lo social y a aprovechar las oportunidades.
- Tarde (12:00 a 18:00): se vincula con personalidades expresivas, creativas y comunicativas. La búsqueda del reconocimiento y la necesidad de compartir con otros suele ser parte de su identidad.
- Noche (18:00 a 00:00): los nacidos en este lapso suelen ser carismáticos, reflexivos y apasionados. Se los considera más emocionales y con gran magnetismo personal.
Más allá del signo
Mientras el signo solar habla del núcleo de la identidad, la hora del nacimiento complementa esa información y ayuda a comprender cómo una persona se muestra en sociedad, cómo enfrenta los cambios y qué áreas de la vida prioriza.
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Si bien no existe evidencia científica que respalde estas creencias, para quienes confían en la astrología la hora de nacimiento es una pieza clave para construir la carta natal y entender por qué cada persona es única en su manera de ser.