El bicarbonato de sodio es uno de esos productos económicos y versátiles que nunca fallan en una emergencia doméstica. Si lo tenés en casa, podés resolver más de un problema sin gastar de más y sin usar químicos agresivos.
Estas son tres situaciones comunes en las que funciona de maravilla:
Desagüe con tránsito lento: si el agua empieza a escurrir despacio, colocá media taza de bicarbonato en el desagüe y agregá una taza de vinagre blanco. Tapá con una toalla y dejá reposar 5 minutos. Después, volcá agua caliente poco a poco y dejá actuar entre 10 y 15 minutos antes de volver a usarlo.
Olla con comida pegada: cuando el fondo de la olla queda incrustado, llenalo con un poco de agua, añadí una cucharada de bicarbonato y herví la mezcla entre 2 y 5 minutos. Una vez tibia, limpiá: la comida se despega casi sola. Si está muy sucia, sumá una cucharadita de sal gruesa para potenciar el efecto.
Mancha fresca en alfombra o sillón: primero retirá el exceso del líquido con una toalla. Luego cubrí toda la mancha con bicarbonato y dejá actuar 15 a 20 minutos. Por último, aspirá el polvo. Si se trata de una mancha con olores fuertes, mezclá el bicarbonato con lavanda o romero seco triturado para mejorar el resultado.



