Durante años, la mayoría guardó los huevos en la heladera como creía más cómodo o como venían acomodados en el cartón. Sin embargo, un video reveló que la forma correcta es exactamente la contraria: el polo más grande debe quedar hacia arriba y la punta más chica hacia abajo.
En el clip de Cocineros Argentinos explicaron que en la parte ancha del huevo se encuentra la cámara de aire, un espacio natural que crece con el paso del tiempo. Si el huevo se coloca con ese polo hacia abajo, la presión interna aumenta y puede empujar la yema y la clara, deteriorándolas más rápido. En cambio, dejando la cámara de aire arriba, el huevo se mantiene estable y fresco por más tiempo.
El truco
Este detalle, que parece mínimo, tiene un impacto directo en la calidad y duración del alimento. “Lo hiciste mal toda la vida”, aseguraron con humor porque lo habitual es apoyarlos de la forma inversa. Pero el método viralizado demuestra que con solo invertirlos se preservan mejor la textura y el sabor.
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Para quienes los guardan en la bandeja de la puerta, otro punto importante: conviene colocarlos dentro del refrigerador, no en la puerta, porque allí la temperatura fluctúa cada vez que se abre y se cierra, lo que acelera su deterioro.
Con este simple giro —literalmente—, los huevos duran más, se conservan mejor y mantienen su estructura original por más tiempo. Una corrección mínima, pero de gran impacto en la cocina diaria.



