La responsable de Recursos Humanos de una empresa contactó a un postulante para el puesto de vendedor para hacerle una entrevista. El joven, llamado Julián, había adjuntado en su currículum un apartado que decía “costo por entrevista” y explicaba que cobraba 20 mil pesos por cada una y variaba según distancia y viáticos.
“Nos interesa tu perfil principalmente por esto. ¿Puede ser que estés cobrando por realizar entrevistas?”, le consultó Carla y el postulante le detalló que el costo incluía los ítems “monto fijo, viáticos y multiplicador por distancia”. A esa respuesta le adjuntó una planilla con cada valor establecido. “Lo hago para cubrir los gastos de fotocopias pero tendría si no quieren afrontarlo”, comentó.
Carla le dijo que lo consultaría porque era la primera vez que se encontraban en una situación así pero era el “perfil comercial” que estaban buscando. Horas después le confirmó una entrevista para el día siguiente y Julián le dijo que el precio de la entrevista virtual era de 10 mil pesos.
Después de esa videollamada, la administrativa le pidió una entrevista presencial en CABA, a lo que el joven le dijo que costaba 32 mil pesos. Al día siguiente le propusieron una tercera con el jefe del área en la que iba a trabajar y aceptó por otro monto de dinero.
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Tras atravesar todas las instancias, Carla le escribió a Julián y le dijo que finalmente contrataron a otra persona y que le enviaban el pago de 74 mil pesos por las tres entrevistas que hizo. “Gracias por tu tiempo y te pido disculpas”, le dijo la mujer a lo que el postulante le respondió: “No hay problema, ya me la veía venir igual”.
“Siempre pasa lo mismo, hacen miles de entrevistas, fingen interés y siempre termina entrando el amigo de, el primo de, la esposa de... por eso tanto rechazos que sufrí me inspiraron a poner este emprendimiento”, le comentó. Sorprendida, Carla le preguntó sobre su emprendimiento y Julián remató: “El de las entrevistas, me cansé de ir a entrevistas y nunca quedar así que encontré la forma de montar un negocio alrededor de eso. Por eso armé un CV ostentoso y me postulo a posiciones de venta porque son los únicos que celebran que cobre entrevistas, piensan que soy un tiburón comercial”.



