En los últimos meses, colgar una cinta amarilla en la puerta de entrada se transformó en una de las costumbres más comentadas en redes sociales y grupos de WhatsApp. Lo que parece un simple detalle decorativo, en realidad esconde un significado profundo y una tradición que gana fuerza en los hogares argentinos.
Según las creencias populares, el amarillo es el color de la abundancia, la alegría y la claridad mental. Por eso, sumar una cinta de este tono en la puerta principal no solo embellece el ingreso, sino que también busca activar energías positivas y abrir el camino a nuevas oportunidades.
Para qué sirve
La lista de beneficios que se le atribuyen a este gesto es larga y va mucho más allá de lo estético:
- Atrae prosperidad y bienestar económico.
- Activa energías positivas apenas se cruza el umbral de la casa.
- Favorece nuevas oportunidades laborales y personales.
- Genera una sensación de optimismo y armonía en el ambiente.
Para muchas personas, este pequeño ritual es una forma de renovar el aire y dejar atrás las malas rachas, apostando a un futuro más próspero y alegre.
Cómo colocar la cinta amarilla en la puerta de entrada
El paso a paso es sencillo, pero tiene sus claves:
- Usar una cinta amarilla limpia y en buen estado.
- Atarla en la manija o picaporte de la puerta principal.
- Colocarla con una intención clara, pensando en lo que se desea atraer.
- Cambiarla si se deteriora o pierde color, para que siga representando la energía positiva del hogar.
La recomendación es hacerlo con conciencia, dedicando unos segundos a visualizar los deseos de prosperidad y bienestar.
¿Cuánto tiempo hay que dejar la cinta en la puerta?
No hay una regla estricta: la cinta puede quedarse mientras esté en buen estado o retirarse cuando se sienta que ya cumplió su función. Lo importante es que no esté rota ni descuidada, porque representa la energía del hogar.