Las cenas navideñas son momentos ideales para compartir en familia y con amigos, pero también suelen dejar una gran cantidad de sobras. Saber cómo conservar correctamente estos alimentos es fundamental para proteger la salud y poder disfrutarlos nuevamente sin riesgos.
De acuerdo con recomendaciones de seguridad alimentaria, las sobras de la cena de Navidad pueden conservarse entre 3 y 4 días en la heladera, siempre que se almacenen de manera adecuada. Es clave guardarlas en recipientes herméticos y asegurarse de que se enfríen rápidamente antes de refrigerarlas.
Las carnes cocidas, como pollo, asado o lechón, deben consumirse dentro de ese plazo para evitar el riesgo de intoxicaciones alimentarias. En el caso de los alimentos que contienen salsas o cremas, se recomienda no conservarlos por más de dos días, ya que se deterioran con mayor rapidez.
Si las sobras no van a consumirse en los días siguientes, una buena alternativa es congelarlas. Las carnes cocidas pueden durar entre 2 y 6 meses en el freezer, siempre que estén bien envueltas y almacenadas. Es importante etiquetar los envases con la fecha para llevar un control del tiempo de conservación.
Además, los alimentos perecederos deben permanecer siempre refrigerados o congelados y no deben dejarse a temperatura ambiente durante períodos prolongados, ya que esto favorece la proliferación de bacterias.
Consejos para almacenar las sobras de forma segura
- Enfriar rápidamente: dejá que las sobras se enfríen a temperatura ambiente durante no más de dos horas antes de llevarlas a la heladera.
- Usar recipientes herméticos: evitá la contaminación cruzada y la absorción de olores de otros alimentos.
- Recalentar de manera segura: asegúrate de alcanzar una temperatura interna de al menos 74°C al momento de consumirlas.
- Evitar múltiples recalentamientos: recalentar varias veces aumenta el riesgo de crecimiento bacteriano; lo ideal es calentar solo la porción que se va a consumir.



