La Policía reprimió a hinchas del Lobo con gas lacrimógeno en las afueras del Estadio Juan Carmelo Zerillo y se generó una nube encima de la cancha, lo que obligó a que el partido fuera suspendido. Los jugadores de ambos equipos tuvieron que ir a los vestuarios y la gente que estaba en las tribunas invadió el terreno de juego.