Camila Cobreros, de 25 años, estaba abrumada: estudiaba y trabajaba al mismo tiempo. Su abuelo, Carlos Julio Chesñevar, de 74 años, le hizo una propuesta: estudiar juntos a distancia. Fue así cómo lograron concretar la meta en tiempo extraordinario y recibieron al mismo tiempo esa medalla tan valiosa.