Jaime Press había nacido en el seno de una familia santafesina y se trasladó a Córdoba donde se dedicó a la venta de productos regionales. Pero aseguró haber tenido una revelación mística que lo cambió por completo: decía que estuvo aislado un tiempo en las sierras y que a su regreso ya no fue el mismo. Se “liberó” de sus posesiones materiales y empezó a “armonizar” enfermos.
Empezó a atender pacientes que sufrían los males más variados. Su fama comenzó a extenderse de tal modo que en 1961 ya eran miles de personas las que se acercaban semanalmente hasta su casa en la villa, lo que generó malestar entre sus vecinos y algunas autoridades. No son pocos los que señalan que su nombre le hizo ganar popularidad a la pequeña localidad que aún no había explotado turísticamente.
Finalmente, el caso pasó a la justicia y Jaime fue detenido varios días por ejercicio ilegal de la medicina. Esta situación se repitió numerosas veces a lo largo de su vida hasta que decidió ponerle fin a sus actividades.
Entre 1969 y 1973 atendió en la zona de villa San Nicolás, en el lugar donde hoy está el country La Arbolada, y que aún se conserva la cúpula donde atendía a las personas que llegaban en colectivos fletados desde la ciudad de Córdoba y desde otras provincias.
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Una de las características destacada que tenía Press es que nunca cobraba por los encuentros, aunque se cree que algún paciente agradecido le ayudó de algún momento de dificultad.
Entre las personas que lo visitaban había políticos y gente de la farándula. Hay imágenes que lo inmortalizaron junto a los artistas como Pablo Alarcón o Alberto Olmedo, quien incluso evaluó hacer una película sobre su figura. Algunos señalan que el famoso personaje de El Manosanta nació a partir de su figura, pero el propio hijo de Olmedo señaló que la inspiración llegó desde otros personajes de los diarios que promocionaban sus servicios pagos.
En la web y las redes se multiplican los testimonios de personas que fueron atendidas o vieron atender a sus familiares por parte del “armonizador”.
Abundan los buenos recuerdos y los mensajes de agradecimiento por diagnosticar y solucionar problemas de salud, desde problemas en las piernas a tumores. Tampoco faltan testimonios descreídos de las virtudes que este hombre decía tener. Rechazan la historia oficial y la ven vinculada a la sugestión, la fe o las fuertes creencias.
En los últimos años de su vida, que vivió en una casa para mayores, Press recordaba que tenía prohibido para ejercer “sus poderes” y solía finalizar sus notas con una catarata de aforismos.
Cuando falleció, familiares y amigos lo recordaron con afecto y nostalgia. Dicen que su tumba, aún hoy, es una de las más visitadas del cementerio de Villa Carlos Paz.
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