Este miércoles tuvo lugar el tercer día del juicio contra Dani Alves (40), acusado de agresión sexual con acceso carnal en una discoteca de Barcelona. Tras escuchar el testimonio de la denunciante, los testigos, la policía y expertos, el futbolista aseguró ante el juzgado que el encuentro fue consentido. “No me dijo que no quería practicar sexo”, subrayó.
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La mujer brindó su declaración a puertas cerradas y protegida por un biombo para evitar el acercamiento con Alves. En su declaración sostuvo que bailó con el brasileño y que aceptó acompañarlo al baño. Según su relato, cuando quiso irse el acusado no se lo permitió, la golpeó, la insultó y la obligó a mantener relaciones sexuales en contra de su voluntad.
Frente a estas palabras, el futbolista se defendió: “No soy ese tipo de hombre, no soy violento. No la abofeteé, ni la tiré al suelo”.
“Las chicas no estaban incómodas, para nada. Llegaron, nos empezaron a saludar. Empezó una conversación, nos movíamos, hablamos unos con otros. Soy una persona muy cercana, pero con respeto”, relató el ex futbolista.
“Estábamos ya más cercanos, empezó ella a bailar más pegada a mí, a perrear. Un baile un poco más pegado. Me dijo que sí para ir al baño, no tuve que insistir”, agregó llorando y reiteró que en ningún momento la víctima indicó que no quería practicar sexo.
La fiscalía pide un total de 9 años de prisión para el futbolista brasileño mientras que el abogado denunciante solicita la pena máxima de 12 años. La estrategia de la defensa está centrada en rebajar la pena con el atenuante del consumo excesivo de alcohol, trascendió.