Con las manos tomadas con precintos, el torso desnudo y sentados en el piso. Así el Gobierno de Santa Fe mostró a varios de los presos que están alojados en la cárcel de Piñero durante una requisa que tuvo lugar este fin de semana.
El jefe del Ejecutivo local, Maximiliano Pullaro, usó estas imágenes en sus redes sociales para reforzar su mensaje de lucha contra el narcotráfico, el cual fue una de sus principales promesas electorales durante el año pasado.
“Cada vez la van a pasar peor”, aseguró en un posteo que fue replicado por su ministro de Justicia y Seguridad, Pablo Cococcioni. Las imágenes recuerdan a las difundidas por el gobierno de Nayib Bukele, en El Salvador, y muestran un método similar al que se usa en el país centroamericano para combatir a los pandilleros.
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“Tenemos un plan de seguridad, sabemos cómo llevarlo adelante y estamos trabajando para eso”, dijeron Pullaro y Cococcioni. Además, aseguraron que “desde las cárceles salen las órdenes para hacerle la vida imposible a los santafesinos”.
“Se terminó el tiempo de home office liberado, sin control y con empleados penitenciarios que eran apercibidos si molestaban a los presos. No vamos a retroceder ante las amenazas”, remarcaron en el comunicado. Y concluyeron: “Los presos están presos, no vamos a aceptar ninguna extorsión y si no lo entienden, cada vez la van a pasar peor”.
Cárcel narco
El penal de Piñero aloja a algunos de los criminales más peligrosos de Santa Fe, entre los que hay sicarios y operadores de las segundas líneas de las bandas de la ciudad. Algunos de los capos narcos que pasaron por el recinto fueron Esteban Lindor Alvarado, hoy condenado a prisión perpetua, y Francisco Riquelme, acusado de balear al presunto testaferro del capo de la banda de Los Monos.
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Las requisas de este sábado se llevaron a cabo en cuatro pabellones de la unidad penitenciaria, horas después de un ataque la Circunvalación de la ciudad a un micro que trasladaba a oficiales penitenciarios.
Durante el procedimiento se revisó a 250 presos y se secuestraron facas, celulares y chips de teléfonos. Todo lo incautado quedó a disposición de la Justicia y es materia de investigación.