Hace pocos días se cumplieron dos meses del femicidio de Natalia Rosa Mariani (46), el último ocurrido en Córdoba durante 2023. La mujer fue asesinada de seis puñaladas en el cuello en su casa de la localidad de Villa Nueva.
Mariani fue hallada sin vida dentro de su vivienda el viernes 29 de diciembre. Aquella mañana faltó a trabajar y esto alertó a sus compañeros. Cuando fueron a buscarla, se toparon con la escena del horror.
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La causa cayó en manos del fiscal René Bosio, quien de entrada la calificó como “difícil y complicada”. En el domicilio había claros indicios de un robo, pero llamaba la atención la atrocidad del crimen.
La autopsia confirmó que Mariani había sido atacada con un cuchillo de cocina y uno de tipo carnicero. Dos semanas después del crimen, la causa dio un giro y fueron detenidos su hijo Gino Ferrari (20) y su ex esposo Hernán Ferrari (55).
El joven está acusado por los delitos de robo calificado y homicidio doblemente calificado por el vínculo y criminis causa. Su padre, por otra parte, imputado como supuesto partícipe necesario del delito de robo calificado. En las últimas horas, el fiscal Bosio dictó la prisión preventiva para ambos, por lo que continuarán detenidos en el penal de Villa María mientras avanza la investigación.
Motivos claros
Las sospechas del comienzo del proceso fueron confirmadas por Bosio. En diálogo con El Diario, indicó que “hubo planificación previa del hecho, donde ambos realizaron contribuciones recíprocas y, al momento de la ejecución, cada uno desarrolló su rol”.
Mariani había recibido hace poco una herencia y su hijo le había reclamado una parte. El beneficio para su padre era que compartían otro hijo menor de edad y que parte de ese dinero podía llegar a sus manos.
“Se revela la mayor perversidad de los imputados, a raíz del motivo que los llevó a obrar, que fue un motivo económico, el lucro que despierta la codicia, esperando obtener del homicidio el dinero y los bienes de la víctima”, comentó el fiscal.
El paso a paso de un plan escalofriante
Los investigadores lograron determinar que el femicidio de Mariani sucedió alrededor de 14 horas antes del hallazgo del cuerpo, es decir durante la noche del jueves 28 de diciembre.
Padre e hijo se reunieron en la panadería que es propiedad del mayor de ellos. Cerca de las 21, salieron hacia la casa de Natalia. El joven descendió del auto “disimulando su apariencia física, abrigado con un camperón, una gorra y presumiblemente una peluca que le cubría la cara”.
Gino Ferrari entró a la casa de su mamá con una llave que le dio su padre. Ya en la vivienda, “con la firme resolución de quitarle la vida a su madre”, le aplicó dos golpes de puño a Natalia, que cayó desvanecida.
El asesino completó su misión utilizando un cuchillo de cocina y luego uno de tipo carnicero, con los que le provocó múltiples cortes en el cuerpo.
Luego de matarla, fue hasta la habitación y le robó 400 mil pesos y 650 dólares con el objetivo de “darle apariencia de robo” a la escena. Dejó la casa, caminó unas cuadras, se reencontró con su padre y los dos volvieron a la panadería 45 minutos después.