“Hasta el día de hoy no me puedo acercar a un colegio”, reveló Irina Alzaga entre una de las secuelas que le dejó el bullying sufrido mientras cursaba el secundario en Córdoba. “Fueron tres años durísimos”, aseguró en diálogo con Telenoche.
La joven es de Salta pero con su familia vivían en Cruz del Eje. Por el acoso que padeció durante su adolescencia todos decidieron regresar a su provincia, donde todavía tienen la ilusión de completar sus estudios.
“Todavía tengo que terminar mi secundario que lo dejé en cuarto año”, comentó Irina en el Día Mundial Contra el Bullying y antes de rescatar lo fundamental de la contención familiar.
Al compartir su historia personal, dijo que “todo empezó con burlas, golpes”. Y agregó: “Me hicieron páginas de Facebook, fueron a tirar piedras fuera de mi casa, me tiraron miel en el pelo”.
“Fue durísimo, gracias a Dios hoy lo puedo contar sin llorar y sin que me dé una crisis de pánico, pero me quedaron secuelas muy fuertes”, sostuvo. “Sin mi mamá, sin mi hermana y sin mi abuela yo no estaría acá”, aseguró.
Irina manifestó que no puede creer “que no haya una ley de salud mental porque el bullying no está solamente en el colegio, está en el trabajo, en la universidad”.
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“La contención en el lugar donde pasó el bullying, si la persona va y denuncia ante las autoridades qué le están haciendo hay que ir y atacar el problema de raíz, hablar tanto con la víctima como con el agresor, porque en la casa del agresor puede estar pasando también alguna problemática”, consideró.
La joven insistió en la necesidad de la contención psicológica, en “charlas en el colegio hasta el cansancio, hasta que los chicos entiendan que el bullying no tiene que existir”.
“El mensaje es que hay que ser fuertes, sé que es medio cansador que te digan ‘tenés que ser fuerte, tenés que superarlo’, sé que es re difícil, pero hay que combatirlo entre todos”, enfatizó.