La escena que se vivió este martes a la mañana en el barrio porteño de Villa Soldati pareció sacada directamente de una película.
Una empresa de caudales organizó un simulacro de robo para sus empleados pero jamás le avisó a la Policía y la situación desencadenó en un amplio operativo, con varios detenidos, que casi termina en desastre.
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Todo empezó con el llamado desesperado de un vecino al 911. Frente a él, en la calle Berón de Astrada al 3200, un grupo de delincuentes parecía estar robando un camión. El hombre incluso escuchó disparos y se asustó, por eso alertó a la Policía de la Ciudad de Buenos Aires.
Cuando el patrullero arribó, los oficiales divisaron tres hombres armados con escopetas y con sus rostros cubiertos con pasamontañas. La imagen tenía todas las características de un robo, razón por la cual solicitaron apoyo.
De un minuto para el otro, los efectivos policiales detuvieron a los tres presuntos ladrones y a otras personas que estaban dentro de la oficina con chaleco balístico, uniformes y con armas en la cintura.
Mientras todo empezaba a descontrolarse, un gerente de la compañía tuvo que usar el megáfono para desactivar el accionar policial. “Repito: esto es un simulacro”, empezó a gritar.
La sorpresa de los agentes fue total cuando escucharon el aviso. Los directivos justificaron que el simulacro “se realiza todos los años”. Sin embargo, la Policía advirtió que no habían pedido permiso ni tampoco anunciado de la situación al Ministerio de Seguridad porteño, motivo por el cual estaban cometiendo una infracción que pudo haber puesto en riesgo a los vecinos.