Flavia Ochoa es la primera denunciante individual de Argentina contra AstraZeneca y la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) por la vacuna del coronavirus. La cordobesa oriunda de Coronel Moldes demandó al laboratorio por 100 millones de pesos porque asegura que le produjo problemas motrices diagnosticados bajo el Síndrome de Guillain-Barré.
En Arriba Córdoba, la mujer relató cómo fue aquel día de enero de 2022 donde su vida cambió para siempre: “Me vacuné a las 11:30 de la mañana y a las 19 empecé con calambres rarísimos pero muy dolorosos”. “Después no podía mover las piernas, al otro día no podía levantarme de la cama, me caí, después no pude mover los brazos”, recordó sobre el avance de la enfermedad.
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En el hospital de Río Cuarto la diagnosticaron con el Síndrome de Guillain-Barré que, según precisó la propia denunciante, es “una enfermedad autoinmune generada por algo externo que en mi caso fue la vacuna”. “No hay dudas de que lo fue porque tengo certificados de los médicos de que lo fue, daña las terminaciones nerviosas”, explicó.
El día a día
Ochoa tenía 36 años al momento de colocarse la vacuna por lo que ya hace tres años que vive con dolores en todo su cuerpo. “Estoy caminando con andador, todos los días tengo una dolencia nueva”, lamentó.
Según dijo, tiene afectadas “las terminaciones nerviosas de las piernas” y también tuvo afectadas las de las manos pero se recompusieron. “El médico me dijo que la recuperación se da dentro de lo que es el primer año, no me da muchas más expectativas de recuperación que las que he tenido”, agregó sobre sus extremidades inferiores.
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En ese sentido, la denunciante explicó que su demanda contra el laboratorio y a Anmat es porque no pudo volver a trabajar. “Vivía de mi trabajo y no puedo hacerlo más, dependo todo el tiempo de los demás”, sostuvo y siguió: “Mi pareja vive de changas, tengo un nene chiquito”.
Debido a la difícil situación que Flavia atraviesa hace al menos tres años, confesó: “Hubiera sido preferible que me agarre coronavirus a vacunarme, fue peor el remedio que la enfermedad”.
“Mi vida es todos los días un desafío, hay días que me levanto mejor y otros que me levanto, mando el nene al colegio y me vuelvo a acostar porque me duele todo”, expresó y afirmó que tiene “dolores nuevos todos los días”. “El de las rodillas es permanente y se suman dolores de cabeza, en los dedos, las caderas, los huesos, todo me duele”, lamentó.
A su vez, afirmó que tras conocerse la denuncia “nadie se comunicó”, ni del laboratorio ni del Ministerio de Salud provincial. Aunque sí confirmó que le hablaron personas que sufrieron problemas de salud después de vacunarse y algunos fueron diagnosticados con el Síndrome de Guillain-Barré.