Un nuevo operativo de seguridad se realizó en la cárcel de Bouwer y los agentes se dieron un sorpresivo hallazgo. Esta vez, las personas requisadas eran empleadas penitenciarias que llevaban varios celulares para ingresar al complejo.
De acuerdo a lo que informaron, una subayudante de enfermería tenía dos cajas con teléfonos y accesorios en su mochila. También se revisó su auto, donde tenía un aparato más oculto en el portaobjetos de la puerta del conductor y otro en el bolsillo de su campera.
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La mochila donde llevaba los teléfonos había pasado por el scanner de control pero la operadora del sistema no avisó que estaban en el interior del bolso y fue apartada. Cuando los agentes hicieron nuevamente el control vieron que el scanner marcó las plaquetas electrónicas.
Según indicaron, aparecieron “claramente visibles” en la pantalla. La duda de los oficiales está en que la mujer podría haber estado encubriendo a la enfermera. Ambas están siendo investigadas bajo la misma carátula.
El operativo estuvo a cargo de la dirección General de Seguridad y contó con refuerzos de personal de la subDirección General de Control de Conducta y Gestión Penitenciaria y de personal del Grupo Especial Antinarcotráfico y Requisa (Gear). Intervino la Fiscalía de Instrucción en lo Penal Económico que está de feria.