Desde hace semanas conmueve el complejo caso de la desaparición de Loan en una localidad correntina. Lo que pocos recuerdan es que en Córdoba ocurrió un caso similar hace unos años. No faltan las coincidencias: un menor de una edad similar, una búsqueda infructuosa, una investigación fallida y muchas dudas.
Apenas un par de días después de cumplir 6 años, el 17 de agosto de 1998, Diego Gutiérrez festejaba con su familia con un picnic en la zona de la bahía del Biguá, en la costa del dique Los Molinos, en el valle de Calamuchita.
Cuando llegó la hora de almorzar, los padres descubrieron que su hijo no estaba.
Todos los intentos por localizarlo fueron en vano. Solo una pareja lo había visto por ahí.
Se hizo la denuncia y se inició una búsqueda que parecía orientada hacia un ahogamiento accidental, ya que estaba jugando muy cerca del agua. Pero los intentos de localizarlo no dieron resultado. Sólo se encontraron unas medias que habrían sido suyas, en circunstancias sospechosas. Nada más.
Con el paso de los días y la falta de éxito, la investigación giró hacia la posibilidad de que hubiera sido secuestrado, lo que sostenían los padres desde un primer momento. La pareja que dijo haberlo visto junto a un camino no pudo ser localizada en la dirección que había declarado.
El padre se quejaba, dos años después, de que el juez que llevaba el caso nunca lo había recibido.
Intervinieron la policía federal, el FBI, su foto apareció publicada en muchos lugares, se hicieron nuevos rastrillajes, pero no hubo avances.
Diego, hijo de una familia humilde y numerosa de Alta Gracia, cursaba primer grado. Sus compañeros lo esperaron al día siguiente para estudiar y jugar, como siempre, y le guardaron su lugar en el banco al que ya nunca volvió. “Es como un hermano” dijo una de sus amiguitas.
No hay que olvidar que, en la misma zona, en Alta Gracia, también había desaparecido 6 años antes una nena de 10 años que tampoco nunca fue encontrada.
El padre siempre insistió en que la investigación se hizo mal y que la justicia fue deficiente. Hubo gente que no fue llamada a declarar, el corte de rutas se hizo recién 3 horas después e incluso a él mismo tardaron una semana en tomarle testimonio. Hoy aparecen coincidencias con lo que pasa con el caso de Loan y muchos cuestionamientos a la investigación parecen tener un antecedente lamentable en esta triste historia sin final que ya lleva 32 años.
Su imagen, en la primera fila de la larga lista de antiguos casos de desaparecidos que muestra Missing Children Argentina, es una postal dolorosa de todo lo que falta avanzar para terminar con este problema en el país.
Por cualquier dato de Diego, comunicarse al Facebook que armó la familia: Buscando a Diego Gutierrez.
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