El crimen del “zar de la droga” estremeció a Río Cuarto el 16 de enero de 2019 y destapó un fuerte entramado narco en el sur de Córdoba. Los motivos del asesinato de Claudio Torres (43) empezaron a ventilarse durante su velorio pero la Justicia recién avanzó tres años después sobre los principales sospechosos.
Para la fiscalía que investigó el hecho, a Torres lo mandaron a matar integrantes de la banda narco que él mismo lideraba por “desavenencias en la compra y venta de estupefacientes”. El ataque se perpetró con sicarios conectados con “Los Monos”, la organización criminal rosarina.
El juez de Control de Río Cuarto, Gustavo Echenique Esteve, confirmó la elevación a juicio de Cristian Ortiz, Jonathan Palacios, Mariano Rivarola y el rosarino Néstor Robledo. Están imputados de homicidio doblemente calificado por precio o promesa remuneratoria y alevosía, además de homicidio calificado por alevosía en grado de tentativa por las heridas que sufrió un compañero del capo narco.
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Según la investigación, el plan criminal se pergeñó en Rosario. Las escuchas e intervenciones telefónicas a los imputados demostraron que los días previos al ataque estuvieron en esa ciudad santafesina y alrededores. Otro punto de contactos claves fue la localidad de Pueblo Esther, con personas cercanas a “Los Monos”.
A su vez las pericias determinaron que los celulares de Ortiz y Palacios registraron actividad en Río Cuarto el día del crimen en barrio Fénix de esa ciudad.
Los sicarios esperaron que Torres llegara a su domicilio en la calle Laprida 1264. Cuando descendió del Audi TT lo sorprendió una ráfaga de disparos. Seis balazos le terminaron causando la muerte.
Cinco años después del crimen y a la espera del juicio, los investigadores todavía no pudieron identificar a los autores materiales del homicidio. Se sabe que aguardaron al narco en una plaza a metros de su casa y que escaparon en una Renault Kangoo que después apareció incendiada en la ruta nacional 8, al este de la ciudad.
Uno de los hombres de confianza de Torres, Jonathan Becerra, allanó el camino hacia los sospechosos que participaban de la misma banda. Declaró que Ortiz y Rivarola se creían perjudicados en el negocio de la droga y que uno de ellos manifestó que “las cosas no iban a quedar así”. Ese testimonio y los datos recabados por la Dirección de Investigación Operativa (DIO) de la Policía Judicial de Córdobas arribaron a la imputación de los acusados.
Además se conoció que en el velorio del “zar de la droga” surgieron versiones vinculando a Rivarola con el crimen. “Varios concurrentes comentaron que ‘ya había cobrado la deuda’”, trascendió.
Paralelo a la investigación por el asesinato de Torres, tanto Ortiz como Rivarola y Palacios fueron condenados en la causa del narcolavado que se destapó desde la muerte del capo de la banda.
En tanto el rosarino Robledo tiene una condena en septiembre de 2021 del Tribunal Oral Federal N° 1 de Córdoba por transporte de estupefacientes. Los cuatro ahora serán juzgados por la Cámara Primera de Crimen de Río Cuarto para responder por un asesinato con tinte mafioso.