Este jueves se llevó a cabo en la Cámara Sexta del Crimen una audiencia clave en el juicio por la muerte de Anahí Bulnes. Por la mañana declaró Santiago Campos Matos, sospechado de asesinar y arrojar a la basura los restos de la docente. El acusado negó los hechos y reconoció su adicción a la cocaína. También afirmó que las bolsas que sacó en reiteradas ocasiones de su departamento eran restos de un colchón en desuso y del desorden que había en su departamento.
Las cámaras de seguridad de la zona, que fueron exhibidas durante la audiencia, lo muestran 11 veces saliendo de su domicilio cargando bolsas de residuos que después eran arrojadas a un contenedor. Ocurrieron entre el 5 y el 6 de diciembre de 2022. A los investigadores les llamó la atención desde un principio la fuerza que utilizaba Campos Matos para tirar las bolsas. La forma en que el acusado las cargaba es incompatible con el peso de restos de goma espuma, botellas y basura domiciliaria.
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Las pericias informáticas sobre el teléfono y la computadora personal también contradicen la declaración del imputado. Antes del crimen, hubo reiteradas visitas a sitios vinculados con la necrofilia (perversión sexual vinculada a los cadáveres).
Según el informe de Policía Judicial, Campos Matos utilizó varias veces el navegador de su computadora y descargó material durante la madrugada del crimen. Las pericias revelan que las búsquedas se interrumpieron poco después de las 9 de la mañana del 5 de diciembre, justo cuando se lo ve por primera vez saliendo de su departamento con una de las bolsas de basura.
Las conclusiones de las pericias interpretan que Campos Matos buscó durante toda la madrugada técnicas para descuartizar cuerpos mientras manipulaba el cadáver de Anahí.
El perfil de un monstruo
Más allá de las búsquedas y del contenido hallado en el celular, un audio clave despeja las dudas de la responsabilidad de Campos Matos en el femicidio de Anahí Bulnes. Se trata de una comunicación que el acusado mantuvo con su ex pareja. En la llamada dice: “Soy un maldito monstruo. Estoy donde tengo que estar, con asesinos y violadores”. Un fragmento de la llamada fue reproducido durante la audiencia.
La familia de la víctima vivió el día más difícil en lo que va del juicio. Escuchar a Campos Matos negar el crimen, conocer la contundencia de la prueba informática y audiovisual, fueron un cóctel duro de asimilar. Su hermana Verónica abandonó la sala descompuesta antes de que termine la audiencia.
Pasado el mediodía, los abogados pidieron un cuarto intermedio para que los asistentes pudieran almorzar, pero muy pocos pudieron probar bocado.