Hilda Luisa Zoia, de 79 años, fue hallada sin vida en su casa de Oncativo por uno de sus hijos el sábado. Estaba en el piso de su habitación y tenía un fuerte golpe en la cabeza, por lo que creyeron que se había caído.
Rápidamente alertaron a la Policía y la investigación recayó en la fiscalía de Río Segundo, a cargo de Patricia Baulies, que ordenó la autopsia. En la morgue hubo un giro inesperado: se trataba de un crimen.
De acuerdo a lo que indicaron fuentes de la causa a ElDoce.tv, fue a través de las pruebas recabadas en el cuerpo de Zoia que dieron con la sospechosa. Se trata de una vecina de 39 años, identificada como Romina Paola Ledesma, que hacía trabajos domésticos de forma esporádica en la casa de la víctima.
“Las médicas y la odontóloga de la morgue hicieron un trabajo muy preciso”, indicaron y sumaron: “La mujer presentaba rastros en el cuerpo que coincidían con los de la autora”.
La hipótesis que tienen los investigadores es que la detenida, que permanece alojada en el Establecimiento Penitenciario N°9 de Córdoba, quiso robarle a Zoia y como se resistió, la mató y huyó. “No está descartado que falten cosas”, comentaron.
El golpe mortal fue dado con un adorno que la víctima tenía en su habitación, el cual ya está en manos de la Justicia. Las pruebas confirman que la acusada estuvo en la casa al momento del asesinato pese a que intentó crear una coartada cuando la detuvieron. “Desde el primer momento se mostró muy reticente, siempre muy reticente”, sostuvieron.
El vínculo entre la víctima y Ledesma habría iniciado como una amistad y se transformó en laboral. Sin embargo, los hijos de Zoia no aprobaban la relación debido a que la mujer y su familia tenían antecedentes por venta de droga.