Dos argentinos se expusieron a frío extremo y alturas vertiginosas con el fin de batir un récord histórico. Alejandro Montagna y Marcelo Vives se lanzaron en mitad de la noche desde un avión ubicado al nivel de la estratósfera y experimentaron una caída libre de más de cuatro minutos.
El salto se llevó a cabo desde el aeródromo WTS, en Tennessee, Estados Unidos. Antes de precipitarse al vacío los deportistas ascendieron a 12.500 metros de altura en un avión especializado.
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“Lo más difícil de la experiencia fue acostumbrarse al casco y las antiparras. La máscara es bastante claustrofóbica. Funciona como una aspiradora que te inyecta oxígeno puro y te cuesta exhalar. Acostumbrarse a eso fue lo que más costo”, relató Alejandro en Telenoche tras su aventura.
Por otro lado, destacó las impresionantes temperaturas bajo cero que tuvieron que soportar para cumplir con su meta. “En la puerta del avión estábamos a 60 grados bajo cero y teníamos una sanación térmica de menos 100 grados. Eso no es normal para ningún ser humano ni siquiera en la Antártida”, explicó.
En esta línea, Marcelo relató una dramática escena que vivió al arrojarse del avión. “Yo no sé si me olvide el cubre guantes o se me salió pero se me empezaron a helar los dedos. En un momento perdí completamente la sensibilidad”, señaló.
Consultados sobre sus sensaciones al momento de lanzarse al vacío, ambos admitieron no haber sentido miedo en ninguna parte del proceso. “La realidad es que fue sólo otro salto más. Jamás podría estar en una mina bajo tierra pero la altura me genera placer”, confesó Vives quien ya ha pasado por más de 4500 prácticas de paracaidismo. Su compañero en cambio remarcó el valor de superar el pánico inicial para encontrar el disfrute. “Las cosas más lindas de la vida están al otro lado del miedo”, concluyó.