Entrar a la casa de Yanina es como ingresar a una especie de fortaleza. Vive a dos cuadras de la avenida Bodereau, en barrio Argüello, en la zona noroeste de la ciudad de Córdoba, y ya no sabe qué hacer con los ladrones.
A la mujer le entraron a robar ocho veces en los últimos tres meses. Con el correr de las semanas, decidió blindar su vivienda con todo tipo de medidas de seguridad. Pero para los ladrones nada es suficiente.
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“No sé qué más ponerle a la casa para que no se metan. Siempre buscan la forma y entran. La Policía no anda nunca, cuando los llamás están perdidos...”, se quejó en diálogo con Arriba Córdoba.
Yanina tiene rejas, pinchos, cerco eléctrico, cámaras de seguridad, alarma, perro y hasta un portón soldado. Sin embargo, la solución nunca llegó y es por eso que reclamó por mayor seguridad y presencia policial.
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“Le tuve que poner rejas hasta a los ventiluces porque se metían por ese espacio... entran por cualquier lado”, pintó a la perfección la dramática situación.
Incluso los ladrones rompen los sensores de movimiento y otras medidas adoptadas. También ingresan a la casa por una obra en construcción que está justo al lado. La última “novedad” fue colocar vidrios en las tapias y tapar el termotanque para que no se lo lleven.
Entre resignada y aún convencida de seguir adelante con su plan, Yanina cerró: “Siempre me pregunto hasta cuándo me voy a resistir, pero es cuestión de cuidar lo mío, que tanto me cuesta”.