Pasaron los testimonios de la abuela y la ex amiga de Néstor Soto (22), Herta Jeaentte Vargas y Ornella Beltramo, en la segunda audiencia del juicio por el femicidio de Catalina Gutiérrez (21). Se determinó un cuarto intermedio y, al regresar a la sala, el femicida se rio con su abogada Ángela Burgos Niño.
La escena se dio cuando el papá, la mamá y la hermana de Catalina ya estaban sentados a pocos metros de él aguardando la reanudación. Atrás también estaban el novio y otros familiares de la víctima. Todos fueron testigos del momento.
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La abogada defensora y el asesino de la estudiante de Arquitectura mantenían una charla mientras se completaba el ingreso del Jurado Popular y el Tribunal. Primero estuvo serio y atento a lo que Burgos Niño le decía. Después empezó a hablar y gesticular con sus manos para terminar riendo en complicidad.

Mientras eso ocurría, detrás del asesino estaban sentados su abuela y su tío, quienes están presenciando el juicio. Muy por el contrario a la actitud de Soto, el tío mantenía la mirada en el escritorio y se tapaba la cara. La abuela, que hizo una fuerte defensa a su nieto en su declaración, usó el celular y se mostró entera sin percatarse de lo que sucedía en el resto de la sala.
Momentos antes, cuando la prensa aún no había tenido permiso de ingresar a captar imágenes y videos pero podía ver desde la puerta, Soto se mostró cabizbajo y serio. Miró varias veces hacia el ingreso y hasta sostuvo su mirada. También repasó su vista por la sala en reiteradas oportunidades.