En la tercera audiencia del juicio a Néstor Soto por el crimen de Catalina Gutiérrez se revelaron claves de las pericias psicológicas y psiquiátricas al asesino. El detenido de 22 años fue sometido a varios análisis en el mes de febrero que reflejaron que “pudo comprender y dirigir sus acciones” el 17 de julio de 2024, cuando mató a la joven.
Los peritos oficiales fueron contundentes en sus conclusiones y afirmaron que están descartados la emoción violenta, el desarrollo pasional y el estado de inconsciencia. “No advertimos alteraciones psicopatológicas en el imputado por lo cual consideramos que al momento del hecho pudo comprender y dirigir sus acciones”, indicaron.
De acuerdo a lo que explicó una de las peritos oficiales, Marcela Scaraffía, no hubo emoción violenta porque “si bien había una carga afectiva no había cargas motoras”. “La conducta de quedar perplejo, conmocionado o, una vez realizado el acto sentir calor, no sucedió”, remarcó.
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Luego, siguió con el desarrollo pasional y sostuvo que para que se identifique en el caso “tiene que tratarse de un amor que dure meses o años y tiene que estar ligado a un amor érotico”. Estos puntos tampoco se encontraron en el análisis psicológico y psiquiátrico del acusado.
Por último, el estado de inconsciencia tampoco se detectó debido a que, después de matar a Catalina, Soto tuvo las facultades para trasladar a la víctima y borrar las pruebas. “Eso da cuenta del estado de conciencia”, expresó.

Personalidad
En lo que tiene que ver con la personalidad de Néstor Soto, los peritos destacaron tres características claves: obsesivo, narcisista y egocentrismo. Cada una de ellas fue explicada de forma detallada vinculándolas a las mecánicas del crimen.
- Obsesivo: para los peritos, surge por la conducta de su madre para con él. “Estaba muy atenta a las malas notas en lugar de festejar las buenas, por lo que él necesitaba el control sobre las situaciones, si no sucede como quiere, se frustra”.
- Narcisista: “persona que cree que merece cosas que no necesariamente se ha ganado”, fue como lo explicaron los especialistas. Para ellos, el objetivo de Soto era “buscar el reconocimiento, el afecto y tener preeminencia”.
- Egocentrismo: los peritos reconocen que Soto no tenía empatía. “Se dificulta poder advertir lo que el otro siente y necesita porque estoy centrado en mí”, indicaron y reconocieron: “Comportamiento que podría afectar lo social cuando se liga a una persona”. “Mientras las cosas van bien con esa persona y hay respuesta afectiva la empatía funciona, pero cuando la respuesta es negativa recibe distanciamiento. Ya no hay empatía”.
En tanto, Scaraffía también recalcó que Soto sintió “invalidación que facilita una acción de impulsividad y agresividad”. A su vez, ante las preguntas de la defensa del asesino afirmó que el acusado siente culpa de sus actos y que tiene “aspectos de psicopatía”.