Este miércoles la Cámara Undécima del Crimen de Córdoba condenó a prisión perpetua por mediar violencia de género en concurso real y por homicidio criminis causa a Néstor Soto por el crimen de Catalina Gutiérrez.
Tras el fallo, el padre y la hermana de la víctima recibieron a Telenoche y expresaron: “Hoy no podemos festejar porque nuestra hija no está y no la vamos a tener nunca más, pero sí estamos con un poco de alivio y paz de haber logrado esta cadena perpetua para este asesino”.
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Además, Marcelo aclaró: “El dolor y el sufrimiento lo vamos a tener eternamente por la ausencia de nuestra hija, Catalina”. En ese sentido indicó, “en una familia de cuatro, cuando de pronto quedamos tres por esta injusticia del crimen de nuestra hija es un dolor profundo y eterno que va a durar hasta el final de nuestros días”.
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También puntualizó sobre la necesidad de continuar: “Tenemos que seguir adelante, está nuestra hija Lucía, divina, y tenemos una familia porque la vida sigue”. Aunque advirtió que nada va ser igual: “Si bien va a ser con el corazón partido en una mitad, pero sabemos que tenemos que salir adelante por nuestra familia, por nuestros amigos, por Lucía y, seguramente, por Catalina. En honor a ella tenemos que hacer el homenaje siempre, con el mejor recuerdo y saliendo adelante porque ella hubiera hecho lo mismo”.
La habitación
La entrevista fue realizada en la habitación de Catalina, desde donde su hermana Lucía contó: “Quería estar acá porque siento que es un lugar que me da mucha paz. Siento que estoy con ella, muchas veces dormíamos juntas, ya sea en su habitación o en la mía. Y en mi mente pienso que es como si estuviésemos en una pijamada, que cada vez que duermo acá estoy con ella”.
Durante el diálogo Marcelo mostró la guitarra con la que tocaba junto a su hija. “No la uso desde que pasó lo de Catalina, en ocho meses no canté más. Quiero hacer los acordes pero no me salen. Mis amigos me dicen que tengo que volver a cantar”.
Además reveló que una de las pasiones de Catalina era ser cantante. “A ella le encantaba la música y era autodidacta”, expresó. Luego evocó: “Me acuerdo que de chiquitas -Catalina tenía 15 y Lucía tenía 11-, y cantaba una canción de Justin Bieber. Las dos hablaban muy bien inglés y cantaban”.
También se ufanó de haberle transmitido esa pasión: “Yo la he acompañado con canciones de Creedence, le metí la influencia de la música de los 80. Me copiaba cómo tocaba las canciones: Córdoba Va, una zamba de Raúl Carnota, entre otras".
En cuanto a su conexión con Catalina explicó: “Yo la recuerdo y me engancho mucho y me conecto a través de la música que ella escuchaba y me hizo conocer: Justin Bieber, Harrys Styles, Paulo Londra"
Por su parte, Lucía contó cómo se convirtió en un apoyo imprescindible para que la familia salga adelante: “Desde el día uno yo no sé de donde saco fuerzas para mí, ni para sostener a mis papás. Pero creo que es 100 por ciento Catalina que me está ciudadano, me está guiando y ayudando a atravesar esto porque si no fuera por ella no podría estar acá y apoyar a mis papás”.
La lección sobre las amistades
Marcelo destacó las palabras del juez: “Estuvo impecable sobre saber quiénes son nuestros amigos para estar atentos, no para tener miedo de todo el mundo ni desconfianza”, y se preguntó: “¿Sabemos quiénes son nuestros amigos?“.
A su vez destacó el cariño que recibió la familia: “Los amigos son uno de los apoyos que más hemos tenido nosotros, también tuvimos el apoyo de la gente. Nos han ayudado a sacar fuerza de donde no teníamos para pasar, al menos, esta vuelta de hoja, esta etapa horrible que nos tocó vivir y, seguramente, vendrá otra”.
Por último recordó cómo era la amistad en su pueblo durante su niñez. “En el año 84 yo vine de Achiras (localidad ubicada al sur de la provincia) a vivir a Córdoba y, por supuesto, en el interior nos juntábamos todos con los amigos del interior y la pasábamos bien”. Y remarcó : “No se puede desconfiar de todo el mundo, solamente estar atento a una situación que nos quiera dominar y controlar”.