El jueves por la noche una mujer de 72 años fue brutalmente atacada por un perro pitbull en barrio San Javier. El animal se escapó de la casa de un vecino y se abalanzó contra la señora que había salido para barrer la vereda.
Tras este episodio, la mujer debió ser internada y sometida a una cirugía plástica para tratar las profundas heridas que el can le dejó en la cara y en un brazo.
En este delicado contexto, El Doce le consultó al Ente Biocórdoba sobre el funcionamiento del reglamento que regula la tenencia de perros considerados como potencialmente peligrosos.
“Cuando se sanciona la ordenanza se establece la obligatoriedad del registro. No es voluntario”, destacó Gastón Citati, quien se refirió a que estas medidas se endurecieron a partir del caso Trinidad. Este hace referencia a la muerte de una adolescente de 15 años que fue atacada por dos dogos en Córdoba.
“El perro del hecho de barrio San Javier no estaba registrado. Esto pasa mucho. En lo que va del 2025 ya recibimos un total de 171 denuncias por perros potencialmente peligrosos. Nos piden la verificación del cumplimiento de la ordenanza”, explicó Citati.
En este sentido, destacó que se tratan de tragedias totalmente evitables. “Si se cumplen las medidas de seguridad el único factor que queda librado es el accidente. Las posibilidades quedan casi reducidas a cero”, enfatizó e hizo referencia a la importancia de la utilización de bozal y de contar con perímetros con cercas o paredes elevadas.

“La normativa no busca estigmatizar ninguna raza o perro. Se trata de que los dueños estén capacitados”, subrayó.
“Conducir una bici que un camión no es lo mismo. Se necesitan requisitos o permisos especiales para manejar un camión o un colectivo. Esto es igual. Con un animal que puede producir un daño mayor se requiere más capacitación”, cerró.