El 10 de abril Rocío Villarreal subió una foto familiar a su Facebook sin saber que sería la última. En la imagen se la ve junto a su esposo Fernando Dellarciprete y sus dos hijos, Tiziano y Francesco, sonriendo en un mirador de Tandil, como si nada anunciara lo que ocurriría días después. La postal muestra a los cuatro compartiendo una noche tranquila, envueltos en un momento de felicidad.
El crimen conmocionó a Tres Arroyos y toda la región. Dellarciprete, de 40 años, estranguló a Rocío con un cable, cargó a los nenes en el auto familiar, los ahogó en un canal sobre la ruta 228 y luego se suicidó arrojándose debajo de un camión.

Imágenes antes de la tragedia
En su perfil de redes sociales, Rocío solía compartir postales de su vida familiar como paseos en la playa, tardes de camping, fiestas de Fin de Año. En todas se repetía la misma escena: los cuatro juntos, felices. Nada hacía pensar que detrás de esas imágenes se escondía un destino tan cruel.
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El caso está en manos de la UFI N°3 de Necochea, mientras que el femicidio de Villarreal lo investiga la UFI N°6 de Tres Arroyos. El paso a paso del asesino fue descubierto con la reconstrucción de algunos datos que se conocieron con el correr de las horas.

Dellarciprete era camionero y había trabajado en una empresa cervecera. En redes sociales mostraba una imagen de padre presente, incluso había cambiado su foto de perfil por un retrato familiar creado con inteligencia artificial al estilo Ghibli, apenas seis días después de la última publicación de Rocío.
La causa fue caratulada como “homicidio seguido de suicidio”, en un caso que recuerda al crimen ocurrido semanas atrás en un departamento de Villa Crespo, también con un desenlace desgarrador.