La investigación sobre el hallazgo de restos óseos en la casa que habitó Gustavo Cerati en Coghlan durante 2001 y 2003 toma un giro inesperado. La hipótesis de un homicidio cobra fuerza, y las miradas se dirigen a una familia vecina que reside en el lugar desde los años 70.
El descubrimiento, realizado hace más de un mes en una fosa cercana a la medianera, despertó interrogantes. “Nadie entierra a nadie en el fondo de su casa, salvo una cuestión extraña”, habían señalado allegados al fiscal Martín López Perrando.
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Un reloj Casio vintage, modelo CA-90, encontrado junto a los restos se convirtió en una pieza clave. Este modelo, vendido en Argentina a partir de 1992, sitúa la fecha del posible entierro en ese año o posterior.
“Ese reloj fue vendido en el país en 1992. Por el número de serie tenemos cuándo se vendió y otros datos, con lo cual, ese reloj nunca pudo estar ahí antes de 1992”, explicaron a TN.
Y profundizaron: "Por el número de serie tenemos cuándo se vendió y otros datos, con lo cual, ese reloj nunca pudo estar ahí antes de 1992. Suponiendo que el día que lo compró, lo enterraron, la fecha es del 92 para acá”
Así las cosas, ahora la atención se centra en una familia vecina, donde reside una anciana de 90 años con sus dos hijos. La fiscalía busca reconstruir la historia de los habitantes de las propiedades lindantes con la casa en la que vivió el músico, rastrear registros y utilizar agencias para identificar a quienes tuvieron domicilio con el fin de ampliar el espectro de investigación.
De este modo el fiscal aguarda los resultados de los análisis de los restos óseos y la investigación toma un nuevo rumbo.