Una verdadera tragedia conmociona a Buenos Aires. Cinco integrantes de una familia murieron por inhalación de monóxido de carbono en una casa ubicada sobre la calle Sanabria al 3700, en el barrio de Villa Devoto.
Las víctimas fueron cuatro adultos y una niña de 4 años. Milagrosamente, el único sobreviviente fue un bebé de un año, que se encontraba en otra habitación.
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El dramático episodio fue descubierto en horas de la siesta del martes, luego de que un familiar se comunicara al 911 al no lograr contactar con ninguno de los habitantes de la vivienda. Al llegar al domicilio, Bomberos de la Ciudad ventilaron el lugar para permitir el ingreso del SAME, cuyos médicos confirmaron los fallecimientos.
Las cinco víctimas fatales
- Andrés de Nastchokine (43): era ingeniero de software, recibido en la UCA. Vivía en Génova, Italia, junto a su pareja y sus dos hijos.
- Demetrio de Nastchokine (79): padre de Andrés y abuelo de los niños. Profesor del Colegio Militar de la Nación, licenciado en Administración y magíster en Educación.
- Graciela Leonor Just (73): madre de Andrés. Junto con su esposo, vivieron toda la vida en Villa Devoto.
- Marie Camille Lalanne (40): ciudadana francesa y pareja de Andrés. Vivían juntos en Italia y habían llegado a Argentina este lunes.
- Elisa de Nastchokine (4): hija mayor del matrimonio, nieta de Demetrio y Graciela.
Los cuerpos fueron hallados en distintas habitaciones del domicilio. En el primer piso estaban Andrés, Marie y la pequeña Elisa, todos sin signos vitales. En otra habitación del mismo nivel, se encontraba el bebé de un año, Milk, en aparente buen estado de salud. Fue trasladado primero al Hospital Zubizarreta y luego derivado al Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.
Demetrio y Graciela fueron hallados sin vida en el segundo piso. El grupo familiar había compartido una cena el lunes por la noche y se retiraron a dormir sin notar la falla en la calefacción, que habría causado la emanación letal del gas inodoro.
La familia Nastchokine, de ascendencia rusa, era muy conocida en el barrio. La Justicia investiga ahora si hubo una falla técnica o una negligencia estructural que desencadenó el escape de monóxido.