A solo un día de recibir 19 años de prisión por abuso sexual contra Julieta Prandi, su ex marido Claudio Contardi fue trasladado desde la Alcaidía Departamental de Campana hacia la Alcaidía Departamental de Melchor Romero, en La Plata.
Este penal, bajo la órbita del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), es el mismo donde se encuentran detenidos los ocho rugbiers condenados por el asesinato de Fernando Báez Sosa, ocurrido en enero de 2020 en Villa Gesell.

Según confirmaron fuentes judiciales, Contardi pasó la noche en una comisaría de la policía bonaerense ubicada en Matheu, partido de Escobar. En la mañana del jueves, fue trasladado y ya ingresó a la Alcaidía La Plata 3, donde permanecerá a la espera de las próximas resoluciones judiciales y de la definición de su lugar de alojamiento definitivo.
El traslado se produjo en paralelo a un nuevo cambio en su defensa. Apenas conocida la sentencia, Contardi designó como abogado a Fernando Sicilia, quien reemplazará a Claudio Nitzcaner, que lo asistió únicamente durante el juicio, y a Juan Carlos García Dietze, quien había renunciado pocos días antes del inicio del debate oral.
+ MIRÁ MÁS: Julieta Prandi, tras la condena por abuso sexual a Claudio Contardi: “Hoy empiezo a vivir”
Sicilia anticipó que su primera acción será pedir la libertad de su defendido y, en segundo término, acceder a los fundamentos que impidieron a Contardi tener un juicio por jurado, algo que la defensa considera que le correspondía.
La condena
El fallo del Tribunal Oral en lo Criminal N.º 2 de Zárate-Campana se conoció el miércoles, luego de un extenso proceso judicial impulsado por Prandi. Los abusos denunciados ocurrieron entre 2015 y 2018, cuando la modelo y el empresario convivían en Escobar.
La fiscalía había solicitado 20 años de prisión y la querella elevó la solicitud a 50, como gesto simbólico ante la gravedad de los hechos. Finalmente, los jueces impusieron 19 años de prisión efectiva.
La denuncia original fue presentada el 13 de octubre de 2021 en la Comisaría de la Mujer y Familia de Martínez. Tras el veredicto, Prandi declaró que sentía que “la Justicia finalmente escuchó” y que, por primera vez en años, podía “empezar a vivir” sin miedo a represalias.